Mostrando entradas con la etiqueta Música. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Música. Mostrar todas las entradas

lunes, junio 02, 2008

La historia de un dibujo

Es cuanto menos curioso como este dibujo, en un contexto apropiado, podría pasar totalmente desapercibido. Intemporal, junto a otros muchos, podría perderse, camuflarse, formar parte de cualquier enorme mural multicolor, de cualquier pared, de un colegio cualquiera en un país al azar de este universo. Es simplemente el dibujo de un niño. La imprimación de una mente infantil en plena efervescencia. Si os digo que el autor de este cuadro se llamaba Julian y que tenía sólo 5 años cuando lo llevó a cabo, ni sorprenderá ni llamará la atención de ninguno.

Pero este dibujo es importante. Por ello, hoy le rendimos homenaje.

Si es cierto lo que dicen los psicólogos y, realmente, en los dibujos infantiles pueden leerse trocitos del alma de cada niño, podríamos concluir que, en la de Julian, tenía un lugar bastante destacado su compañera de colegio, Lucy. En el dibujo, la niña, de una manera un tanto abstracta, a modo de Mazinger Z, aparece flotando en un cielo preñado de notas musicales y prismas geométricos de diversa intensidad.

No hay momento que lo observe en el que no me sorprenda de la capacidad de cada ser humano para expresar sus universos más creativos, tan dispares y mágicos a la vez. Si me hubieran pedido a mí que dibujara a la pequeña Lucy, todo sería de un azul añil muy intenso. Ella llevaría un vestido plateado, a juego con las estrellas, y sonreiría, reflejándose en cada prisma, dado volteretas en la onírica ingravidez.

Supongo que, cada persona, imagina a Lucy de maneras muy distintas y, presumiblemente, de una forma totalmente diferente a la de Julian y a la mía la tuvo que pensarla John, el padre del chico. Tras llegar a casa y observar con detenimiento el talento del muchacho, preguntó el significado de toda esa amalgama de colores estelares. Entonces, como un mantra, como una sílaba mágica y arcana, totalmente nueva pero más vieja que el propio mundo, Julian pronunció una de las frases más conocidas y reconocidas del mundo occidental.

El tiempo pasó. Julian, en una de esas horribles sacudidas que te da el destino cuando mides menos de un metro y medio, dejó pronto de ver a Lucy. Su padre, desgraciadamente, murió joven. Siguiendo el ejemplo paterno, el chico se dedicó a la música de manera un tanto tímida, y a pesar de que muchos no hayan escuchado ninguna de sus canciones y sólo vean en su nombre el apellido y el perfil afilado de su padre, sus universos centrífugos forman parte de la vida de miles de personas. Están en la mente de millones de individuos que crecieron recreándose en el escenario que un día sus ojos vieron. Porque todas quisimos ser aquella Lucy y volar meteóricas por un cielo cuajado de diamantes, y porque todos desearon ser Julian y poder ver sus ojos caleidoscópicos.

Gracias a la inocente iniciativa de su hijo Julian, John Lennon escribió una de las canciones que, particularmente, más me emocionan: Lucy in the Sky with Diamonds. Uno de los éxitos universales de los Beatles, abanderada dentro de las filas del escuadrón del Sargento Pimienta, ha sido versionada, con mayor o menor acierto, por cientos de personas a lo largo y ancho del planeta. Relacionada de por vida con una droga psicodélica, experimento de Lennon y su regresión a la infancia, Lucy in the Sky with Diamonds, es una canción diferente.

Dicen que el revoloteo de una mariposa en Pekín puede provocar un huracán en Nueva York… La historia de hoy es una muestra palpable de que el dibujo de un niño puede inspirar no sólo canciones, sino películas, libros, hacen… incluso revoluciones. Hacen historia. ¿Y quién puede competir con eso?

Así sonaba, y sonará para siempre...



viernes, mayo 02, 2008

Invadiendo Polonia

Hace algunos días, viendo en televisión un nuevo y ultrafuturista anuncio de coches, recordé, de repente, aquella inmejorable escena de Asesinato en Manhattan. La secuencia es archiconocida: Carol y Larry Lipton (Diane Keaton y Woody Allen) salen de la ópera con aparente precipitación. Ella le dice: " El trato era que yo te acompañaba al partido de hockey y tú veías la ópera completa". A lo que Larry, genialmente, contesta: "No puedo aguantar tanto a Wagner. Me dan ganas de invadir Polonia". (Qué grande!)

Recuerdo que cuando vi por primera vez la encantadora película de Allen, no pude evitar una tremenda carcajada al escuchar el citado diálogo. Y es que, aunque bien es cierto que no tengo más vinculación con el pueblo judío que una más que sincera >admiración por Barbra Streisand y su "Yentl", he de reconocer que Wagner siempre me ha dado muy mal rollo. Evidentemente, esto no tiene nada que ver con la capacidad del señor para componer, que me parece admirable. Como os digo, es algo totalmente irracional.

Totalmente ajeno al mundo de la lógica, fue mi reacción al ver el nuevo anuncio del Citroën C5, coronado con ese espectacular (y conocidísimo) fragmento de la "Walkiria" y el eslogan "Caracter Alemán, Espíritu Francés". Sinceramente, se me pusieron los pelos como escarpias (también contribuye un poco el aspecto del maromo). Y es que, cuando se utiliza a Wagner como sinónimo directo de "lo germánico", algo irracional en mí, me hace aborrecerlo.



Tal vez sea por la idolatría que Adolf Hitler le profesó al compositor; tal vez, por la aterradora vinculación de sus notas a aquellos terribles paseos en los campos de concentración; tal vez por la grandeza de sus coros apocalípticos,... no lo sé. Es una sensación dificil de definir.

En cierto sentido, comprendo que es necesario diferenciar, por el bien de la humanidad, entre arte y política, aunque, también es verdad que, muchas veces, ambos conceptos van de la mano. A pesar de que, durante el nazismo, Wagner -al igual que Nietzche y otros pensadores- estaba, hablando claro, criando malvas tres metros bajo tierra, también hay que decir que el susodicho no era, ni mucho menos, un entrañable alemán obsesionado por la mitología aria. Independientemente de que fuera, sin lugar a dudas, un músico excelente, también es cierto que fue un ideólogo cuanto menos miserable. Si quizás, al principio, abogó por la unión de los pueblos y la concordia, con los años, fue convirtiéndose en un acérrimo defensor del nacionalismo alemán y en un antisemita de "pro": sin duda, una circunstancia ideológica que empapó a toda su música. Asimismo, según se ha demostrado, Wagner fue seguidor de Arthur de Gobineau, siendo su hija esposa de Houston S. Chamberlain, ambos teóricos inspiradores de una buena parte de la ideología nacionalsocialista. El suyo era un racismo biológico, primo hermano de lo que hoy en día conocemos como "higiene racial".

Por todo ello, y por algunas cosas más, hoy en día, Wagner no tiene muy buena crítica, por lo menos entre el público judío. Todavía, están mal vistas sus obras en el Estado de Israel ya que, aunque haya pasado más de medio siglo desde todo aquello, las heridas siguen bien abiertas. Hay quien dice que toda esta historia debería trascender en la medida en que se debería olvidar, en cierto modo, el pasado y volver a ver a Wagner desde sólo un punto de vista musical. Pero la música es emoción, reminiscencia, un juego de los sentidos y de los sentimientos... Como en el caso de spot publicitario, aún hoy, la música del compositor se asocia con lo alemán, con la grandeza del pueblo germánico,... es fácil dejar al cerebro sacar sus propias conclusiones. Un lastre, sin duda, que perjudica a todos.

martes, enero 15, 2008

Y cambiaron el mundo

Muchas son las personas que opinan que el Sgt. Pepper’s de los Beatles es el mejor album de la historia de la música moderna. De hecho, muchas revistas, incluso, se han atrevido a encumbrarlo como tal sin ningún tipo de discusión. Aún así, desgraciadamente, también son muchos los que piensan que los Beatles son el grupo más sobrevalorado de la historia del planeta… Puede ser. Por lo que a mí respecta, los cuatro de Liverpool son, sin duda, el grupo más completo que he conocido. Sus canciones pueden ser comparadas con cualquier obra de Shakespeare (cada cual en su terreno, claro): son intemporales. El Sgt. Pepper’s, sin ir más lejos, tiene más de 40 años a sus espaldas y, sin embargo, no ha pasado de moda y, probablemente, nunca pasará.

Quizás, el Sgt. Pepper’s no sea el mejor album de la historia pero, sin duda, fue un LP que marcó un hito en los oídos y en las mentes de los jóvenes de la época. Me imagino, muchas veces, lo que era ser joven cuando los Beatles se encontraban en su máximo apogeo… lo que sería esperar ansiosamente uno de sus discos y encontrarte, de repente, con un algo tan maravilloso como el LP del que hablamos.

Para constatar la importancia del disco, hay que tener en cuenta cómo eran los Beatles antes de que el album se editara: sus cortes de pelo idénticos, sus voces perfectamente acopladas, las eternas imágenes en blanco y negro de sus movimientos de pelo y las chicas desaforadas gritando a más no poder por ellos. Hay que tener en cuenta también que fue, justo antes de la salida de este genial LP, cuando los Beatles se plantaron y rehusaron a volver a cantar en público. En aquel momento, nadie daba un duro por ellos, ni les pronosticaban ningún tipo de éxito con la estrategia que habían elegido. Sin embargo ellos, como genios que eran, se enclaustraron en un estudio de grabación, se dejaron barbas y bigotes, cambiaron sus estrictos trajes, sus inmaculados flequillos, y conviertieron un mundo en blanco y negro en un planeta de miles de colores.

Tuvo que ser alucinante para todos aquellos jóvenes que habían ido cambiado a la vez que sus artistas favoritos lo hacían, encontrarse con algo así. Los fans eran entrevistados por las calles sobre el primer single del disco y todos, unánimes, contestaban “it’s weird”. Y realmente lo era. Los Beatles se reinventaron y fue, a partir de su Sgt. Pepper's, cuando llegaron las canciones realmente memorables del cuarteto de Liverpool… quizás no las más comerciales… pero sí las más especiales.

Particularmente, la estética del Sgt. Pepper’s me encanta. Todo empieza con la genial portada del disco diseñada por el artista pop Peter Blacke. Todos hemos visto alguna vez la atestada imagen de los 4 Beatles vestidos de sargentos y rodeados por una masa ingente de personajes célebres de todos los tiempos. Las ropas floreadas, lo increíblemente guapos que estaban todos, la familiaridad que había entre ellos.. Un disco, sin duda, realmente positivo.

Sólo me queda decir, ¡qué buenos eran…! y recomendaros este genial disco, esta fantástica canción (que debía haber estado pero no estuvo) y este increible vídeo.





martes, septiembre 25, 2007

De lo comercial

Hace algunos días, un buen amigo me confesó -no sin cierto resquemor- que le gustaba muchísimo la última canción de David Bisbal, "Premonición". Con un gran sentido de culpabilidad, me habló de cómo, cuando la escuchaba camino del trabajo, en la radio del coche, experimentaba algo parecido a lo que les ocurre a los del anuncio del SEAT Ibiza con Shakira: flipaba en colores. Lo más sorprendente de todo es que yo me sentía igual que él; también me encantaba la canción de Bisbal pero no tuve las agallas suficientes para reconocerlo en público.

La verdad es que, a menudo, intentamos esconder ciertos gustos que, socialmente hablando, no nos convendría tener. Procuramos correr un tupido velo en torno a aquellas cosas que muchos considerarían “raras”, “comerciales”, “carcas” o “inútiles”. Si compartimos ciertas aficiones y gustos con la gran mayoría, pasaremos a formar parte de esa masa estúpida y deforme que todos odiamos tanto y, en cambio, si coincidimos, en cuanto a preferencias, con un grupo reducido de personas, probablemente, nos llamarán freaks que, hoy en día, es uno de los peores insultos que te pueden echar a la cara.

Contando con que “ser freak” y tener “gustos de freak” (sin meter en el mismo saco, por supuesto, a los seres patéticos de la telebasura) puede ser la actitud más sana e inteligente que pueden adoptar nuestros jóvenes, hay que tener claro que, en esta vida, no hay que moverse absolutamente en lo blanco o en lo negro. Sí. Hay que ser coherente y consecuente –o al menos así lo aprendí yo- pero no hay que obcecarse en nada. No hay que considerarse o considerar a alguien estúpido por escuchar algo que escuchan todos o que no escucha nadie, ya que lo verdaderamente poco inteligente es escuchar, por credo, siempre, la misma música o defender cierto estilo o época músical como si se te fuera la vida en ello.


Me sigo preguntando: ¿Qué hay de malo, pernicioso, raro o estúpido en escuchar a alguien como Bisbal? Y lo menciono a él, pudiendo hablar sobre miles de “parias” comercialoides, musicalmente denostados, que se bañan en dinero líquido a pesar de las muchas críticas. ¿Es malo escucharlo porque le gusta a mucha gente; porque le falta originalidad; porque tiene mucho dinero; porque sus letras son ligeras o porque es un triunfito? Pensamos que no es un comportamiento inteligente y adulto, sin embargo no nos percatamos de que, lo verdaderamente interesante es escuchar de todo. Es por ejemplo, disfrutar bailando el “Toxic” de la Spears, a la vez que se te pone la piel de gallina al escuchar un aria de la Callas (¡Qué grande!)

Y es que, en esta vida, no todos son John Lennon o Bruce Springteen, no todos cantan como Mercury o como la Callas… Sin embargo, en el espectro musical muchos tienen cabida. La mayoría de las veces, incluso, nuestro cerebro lo necesita: Asian Dub Fundation para no dormirte en un viaje, un disco de Enya para empezar a soñar. No siempre nuestro coco ansía leer a Dostoievski o a Joyce, muchas veces preferimos algo más ligero pero menos profundo con lo que, simplemente, disfrutar: una novela de Agatha Christie o el último bestseller cuya portada tanto te llamó la atención. Ahí mismo reside el encanto de una buena mente humana: saber apreciar una novela como “Crimen y Castigo” y, a la vez, disfrutar, como un niño, con la última aventura de Harry Potter.

Porque, en definitiva, uno no debe cerrarse nunca, ni a épocas ni a estilos. Me gustaría llegar a abuelita con un gran arsenal de gustos habitando, para siempre, en mi cerebro. Me gustaría que, entonces, me siguieran gustando tanto como ahora, tanto como ayer, libros, canciones, películas que leí, escuché o ví y que produjeron algo positivo en mí. Me gustaría, también, que no estuviera cerrada a las cosas diferentes (y no por ello menos buenas de las que existen hoy o existieron ayer) y que fuera capaz de empaparme de las últimas tendencias de mi existencia. Que mis cosas envejecieran dulcemente conmigo, y que mi cerebro nunca lo hicera y se mantuviera joven, dialogante y respetuoso con los gustos de mis nietos. Pensar que nunca existieron épocas mejores y que los que no supieron envejecer no fueron nuestros gustos sino los cerebros cuadriculados de algunos.
El conocimiento nos hace libres, amigos.

martes, septiembre 04, 2007

Dos minutos

Desgraciadamente, desde el lunes, despertador, mala cara, desayuno insustancial y mi inseparable Freehand, han vuelto a mi vida. No me quejo demasiado. Debo reconocer que, en mis últimos días de mis vacaciones, tenía ciertas ganas de volver a mi desoladora rutina. No todos son desgracias, por su puesto. Afortunadamente, también ha vuelto Anda ya, el genial programa matutino de los Cuarenta Principales que nos alegra la vida a algunos, entre los cuales me incluyo. Sin remedio, me hace reir a carcajadas y me despeja en esas mañanas donde mis ojos no se despegan ni con agua caliente.

Recuerdo que ayer hacían referencia a la extrema duración que últimamente poseen las canciones de Alejandro Magno (más conocido, de un tiempo a esta parte, como Alejandro Sanz). ¿Os habéis dado cuenta? Incluso uno de los colaborados se atrevió a decir que ni en un viaje Cádiz-Bilbao era posible llegar a terminar de escuchar su nuevo disco.

Lo cierto es que, desde hace algunos años, parece que a Alejandro le cuesta más de lo normal poner fin a sus canciones. A lo mejor es que le gusta regodearse en los interminables mensajes (a veces incomprensibles) que aparecen en sus creaciones, sin embargo, parece como si le diera miedo a acabar la canción y escuchar los aplausos (o abucheos) que seguirán a cualquiera de sus interpretaciones. Son realmente aburridas.

Desde mi punto de vista, Alejandro Sanz en un cantante/compositor totalmente sobrestimado. Y que conste que lo está diciendo una persona que lo siguió durante unos años. A partir del bombazo total que supuso el escuchado-hasta-el-paroxismo Corazón Partío, parece que Sanz se encumbró a sí mismo (o lo encumbraron) al estrellato de la composición, como si de un joven Sabina se tratase. Y ahí sigue, en sus eternas nubes, haciendo álbumes interminables y con la voz más cascada que la Bruja Lola. Alejandro Sanz ya no canta, chilla. Es una pena.

Evidentemente alguien le debería decir a Alejandro que la calidad de las canciones no se mide por el tiempo que duran, sino por el que perduran en el corazón y en el alma humana. Es posible que tenga más mérito crear una canción corta. Existen verdaderas joyas que rondan los exiguos dos minutos de las que la única queja posible sólo puede sustentarse en el regusto de satisfacción que dejan las cosas bien hechas que duran poco. Son, sin duda, preciosos crisoles donde se comprimen mágia y talento, que dan lugar a canciones especiales, irrepetibles, inolvidables y puras.

Hoy os traigo tres de estas joyas musicales: (a mi modo de ver, claro está!)
  • Song 2 de Blur. Se encuentra dentro del quinto disco de estudio de la banda de Damon Albarn (1997). Las concidencias en torno al número dos son realmente inquietantes: era la segunda pista del disco, fue el segundo single que vio la luz del album, alcanzó el número 2 en los UK Singles Chart y, como no, dura, aproximadamente 2 minutos y 2 segundos.



  • MI vida de Manu Chao. Aunque esta canción se hizo conocida tras aparecer en la película Princesas, ya se encontraba entre mis favoritas desde hace mucho tiempo. Forma parte del genial album del ex-mano-negra "Próxima estación... esperanza" y dura, aproximadamente, 2 minutos y 30 segundos.



  • Don't Panic de Coldplay. Se encuentra dentro del primer y maravilloso primer album de la banda de Chris Martin, siendo una de las canciones más redondas que he escuchado en toda mi vida. Dura apenas 2 minutos y 17 segundos: una verdadera joya.


viernes, agosto 24, 2007

Mi propio cielo

En el artículo de hoy, os quiero presentar una canción que se encuentra entre mis favoritas en esos días más difíciles de lo normal. Se trata de “Mi propio cielo” del reputado Nach Scratch, uno de mis raperos predilectos
junto a el hipermencionado Juaninacka. Irremediablemente, cuando escucho este tema, miró de manera más optimista todo lo que me rodea y, aunque bien es cierto que la canción es un poco agorera, el cielo de Nach Scratch es un paraíso capacitado para sumergirse en él de otras formas… menos terminales.


(Evidentemente éste no es el vídeo de la canción)

He de reconocer que el rap es un estilo musical que me ha llamado la atención desde siempre. Muchas personas, en su adolescencia o juventud, se decantan por cierto estilo en el vestir vinculado a la música que suelen escuchar. En mi caso, tuve una época poco favorecedora y algo masculina en la que la influencia rapera era patente (y eso que sólo conocía sobre este estilo lo que me había contado Leticia Savater y el Príncipe de Bel-Air) Luego, con los años, el rap se convirtió en una de mis debilidades y yo misma me transformé en adalid particular del escrito en español, que, sin duda, es el gran olvidado y desconocido en todo este asunto.

A pesar de todo, he de reconocer que no es oro todo lo que reluce. Hay aspectos del rap que no me gustan y que nunca lo harán. Uno de ellos es, por ejemplo, la tendencia del mc (que es ahora como se conoce al rapero común) por hacerse el “guay”. Es decir, no es sólo el hecho de que, en la mayoría de las canciones, éste aparece como un hombre solitario, hecho a sí mismo, filósofo del asfalto, permanentemente inmerso en sus pensamientos, acompañado eternamente de una libreta donde anotar todos los hechos mundanos de los cuales él es fiel testigo, es también la falta de modestia y de humildad de los intérpretes, no sólo para con sus compañeros de profesión sino para con todo el mundo. Sus rimas son las más trabadas, su ingenio el más afilado, su vida la más jodida, su éxito el mayor posible.

Sin embargo, lo peor, bajo mi punto de vista y humilde opinión, es esa tendencia -común a todos los raperos- de autodenominarse “poetas modernos”. Por ejemplo, en la canción que hoy os muestro podréis apreciar cómo, sin ningún tipo de escrúpulo, el rapero se identifica con poetas de la talla de García Lorca o Neruda. Una apreciación sin duda patética, sobre todo viniendo de personas que no tienen más nociones de métrica y rima que la concatenación -hasta el paroxismo- de rimas consonantes del tipo “rimo y más rimo y es un timo porque sólo rimo las palabras que terminan en imo”(c). Más simple que el mecanismo de un botijo.

Por otro lado, está el tema de la barrera lingüística. Mientras que, en la mayor parte de los estilos, música y letra soportan la misma importancia, en el rap, le pese a quién le pese, son las rimas las que parten el bacalao. El contenido es básico, la apreciación de la rima también. Por lo tanto, ¿cómo es posible que algunas personas disfruten de un rap en inglés sin tener papa de dicho idioma? Muchas veces, incluso, poco importa que tengas un buen nivel de conocimientos; la jerga utilizada, en la mayor parte de los raps anglosajones, es tan inteligible que hasta los nativos suelen tener problemas para entenderla. Y no pensemos en canciones del Sr. Slim Shady donde la “comercialidad” les otorga una mínima estructura: pensemos en un rap en toda regla.

Por mi parte, harta de traducir sin remedio las letras de Eminem llenas de “bitches” “fuckes” y toda la ralea; descubriendo finalmente que la canción que tanto te motiva va en contra de todos tus principios y racionalizando que no debe ser tan bueno escuchar a un hombre tan misógino como cruel, me pasé al rap en español que, aunque no es tan machista, peca un poco de prepotente. Supongo que eso de la herencia poética que los españoles llevamos a cuestas influye en las pretenciones de algunos por conseguir el nirvana de las rimas. Quizás el espíritu de Quevedo subyazca en alguno de estos nuevos poetas, cuyas rimas, no nos engañemos, sólo se diferencian de las de Leonardo Dantés en quizás otro tipo de apresto. Para otras rimas, lean libros.


(Este parece que sí es el vídeo oficial de la canción)

martes, julio 17, 2007

Dover is Over

Primero, vomitemos.

Lo admito. Siempre me han caido mal los chicos de Dover. No obstante, desde que sacaron su último disco, con el que están rompiendo en la lista de éxitos de los 40 principales, simplemente, no los soporto. Todavía no entiendo por qué cantan en inglés. No es que yo sea una patriota, defensora a ultranza del español y de la ñ. Al contrario, me encanta la música en inglés, las canciones más importantes de mi vida fueron escritas en dicho idioma. Sin embargo, debo admitir que eso de que hispanohablantes opten por esta lengua, no me termina de convencer del todo.

Al principio, pensaba que Dover era un grupo extranjero, mínimo, de Gibraltar. Mi gozo fue a parar a lo más hondo de un pozo, cuando los escuché hablar en el más castizo acento madrileño. Los más progres pensaréis que lo suyo no es un caso aislado; que en otros países existen cantantes que no componen o cantan en su lengua materna. Cierto y me parece perfecto. Comprendo que la fantástica Björk cante en inglés y no en su islandés natal ya que, evidentemente, ni vendiendo un ejemplar de su cd a cada uno de sus compatriotas, llegaría la chica a vivir de su trabajo. Si el islandés sólo es hablado por 300.000 personas en el mundo, y aunque las canciones de Bjork no dejarían de ser hermosas en este idioma, es normal que se utilice el inglés.

No obstante, lo de Dover es diferente. Si pensamos que en este cacho de tierra que llaman España existen diversas lenguas y que, incluso, en algunos lugares hay enormes discrepancias en cuestiones idiomáticas; contando con que intenamos mantener por todos los medios nuestra amenazada cultura, la vigencia de nuestras lenguas, nuestro cine, nuestra literatura, nuestra música... ¿a qué vienen cuatro pelagatos cantando en inglés? Evidentemente, lo de Dover no es cuestión ni de falta de idiomas ni de orejas que escuchen. No conozco los datos de ventas de este grupo en el extranjero, ni sé si su target comercial está fuera de las fronteras españolas, pero, si esto es parte de una estrategia, no sólo están obviando el idioma que hablan más de 40 millones de españolitos, sino la lengua común de toda latinoamérica.

Aunque me quedaré, definitivamente, con las ganas de escuchar "Devil came to me" en bable, debo admitir que tenían algunas cancioncillas que no sonaban demasiado mal. Pero, en esta vida, ya sabéis, crea fama y échate a dormir. ¡Que canten en castellano, o en euskera, o en valenciano! (... aunque mi favorito es el bable) ¿No serán las hermanas Llanos de la opinión (a mi parecer bastante estúpida) de que sus canciones suenan mejor en la lengua de Shakespeare?

Un argumento más fiable puede hallarse en que las hermanas Llanos, después de una terrible ingesta de bollería industrial, tuvieron una revelación mariana y se impregnaron del sonido de Seattle (o por lo menos, algo así, dice la Wikipedia). En mi cerebro se aunan las imágenes de la loca con cara de viciosa que ejerce funciones de cantante en Dover y del gran Kurt Cobain. ¡Sacrilegio!. Los Manolos, en su día, con su "ol-mai-lovin", también se inspiraron en Los Beatles. Le echaron cojones y lo intentaron en español. Y aunque la versión de los horteras estos (y no me refiero, en esta ocasión, a Dover) nos hiciera sangre en los oídos, me parece, sin duda, su intento, más sincero y honesto, que a lo que nos tienen acostumbrados los cuatro niñatillos estos.

Evidentemente, no vendían mucho, si no, ¿a qué se puede deber el radical cambio de estilo de su último disco? Lo que antes se podía traducir por un pop-rock-comercialoide-alternativo-perfectoparapersonasanticancionesenespañol, se ha transformado en un estilo dicotequero de cuarta. Y es que, como según dice la wikipedia, en esta ocasión, los chicos de Dover se han inspirado en Madona y en Peaches... ¡como si se hubieran inspirado en Georgy Dan! ¿Qué tiene que ver Madona con Nirvana? ¿Estamos mezclando, otra vez, churras con merinas?

Evidentemente, la estética grungeta ya no vende y, los grupos que apostaron por este tipo de sonido (añorado) se comen los mocos (hablando mal y pronto). Ocurrió lo mismo con Shakira. Cuando el boom Alanis Morissette pasó a mejor vida (también añorada), Sha tuvo que reinventarse... se tiñó de rubió y movió las caderas. Con Dover está ocurriendo algo semejante: Ahora, los chicos no paran a beber litronas en los parques y no se quieren morir de una sobredosis como Kurt Kobain (o fue un asesinato?). Ahora, lo bueno se cuece en las pistas de baile. Conclusión: transformaron a la cantante macarra, que siempre estuvo entradita en carnes, en una semi-sílfide, la apuntaron a pilates y la pusieron a dar saltos como una posesa descerebrada. Y es que la estética discotequera es lo que tiene.

Mientras me pregunto qué significa realmente "Do ya", mi cerebro se sumerge en una extraña paradoja. Es como cuando dos fulanos se encuentran en el extranjero y hablan en inglés. Al cabo de un rato, les da por preguntarse la nacionalidad y (voila!) descubren que han estado haciendo el tonto durante un buen rato. En fin, por lo menos, aprenderemos más inglés.

lunes, mayo 28, 2007

Ommm!

Recuerdo que, hace muchísimos-muchos años, tuve la real urgencia de hacerme budista. Por aquel entonces todo el mundo lo era: Madonna se hacía fotos con el Dalai Lama, mi admirado Mark Owen tenía su propio gurú y por mi mente no hacían más que pasar las imágenes en blanco y negro del retiro espiritual de los Beatles en la India. Indiferentemente de los conceptos más arraigados de la religión, con 16 años, estaba más que claro que el budismo molaba, por lo que pensé que, caer en las nudosas y ecológicas ramas de dicha creencia, no podía traer nada de malo a mi vida. Por eso, deseaba, con toda la fuerza del universo, contar con la paz interior que destilaba el Dalai Lama que, críticas a parte, siempre me cayó bastante bien.

Me obsesioné tanto con el lamaismo, el budismo, la meditación... que leí, de un tirón, la colección de libros de Lobsang Rampa. Si alguien no los ha leído, se trata de la historia de un supuesto lama tibetano que destapa todos los secretos de su ancestral creencia. En mi casa no es que se lea mucho, pero, desde que tengo uso de razón, siempre he visto, en la estantería del salón, aquellos libritos destartalados de tapas rojas con títulos tan evocadores como "La túnica de Azafrán" o "El ermitaño". Siempre que le preguntaba a mi madre sobre el contenido de aquella reliquia bibliófila de mi hogar, ella me contaba, ensimismada, las maravillosas historias del pequeño Lobsang, de su aprendizaje en una lamasería y de su postrera vida de eremita en una montaña perdida del Tibet.

Cuando el budismo entró en mi vida, no tuve una excusa mejor para acudir a aquellos libros. Fue, sin duda, una lectura iniciática harto recomendable. Sin embargo, como aprendiz en potencia de la cultura tibetana, no encontré ningún valor didáctico importante en ella. En vano me esforzaba, todas las tardes, después del instituto, en intentar meditaciones trascendentales y viajes astrales que tan explícita y llanamente narraba, en sus libros, el bueno de Lobsang. No sé cómo no me quedé bizca intentando buscar mi tercer ojo, en algún lugar olvidado entre mi cerebro y mi mente. Otras veces, jugaba a imaginar todo mi cuerpo cubierto de hormigas que yo tenía retirar, mentalmente, para lograr una relajación completa. Incluso me aprendí algunos mantras de significado ignoto pero que a mí me hacían sentir realmente bien. Más tarde, me enteré de que el tercer ojo era más una realidad física que una concepción psíquica. Cuando interioricé que no me sentaría mejor taladrándome literalmente la frente para activar ese nuevo órgano de la visión extrasensorial, renuncié, por completo, a lograr el nirvana, a los viajes astrales y a las varitas de incienso perennes.

No obstante, siempre se aprende algo. De aquella época conservo, todavía, las múltiples técnicas de relajación que llevé a cabo durante dichos meses de locura budista. Muchas veces, sigo recostándome en la cama, en la penumbra de mi habitación, con el Ipod a toda pasta, mientras escucho una canción que me haga volar, que me incite a salir por la ventana y vivir otro sueño, otra historia. En mi época budista, el Urban Hymns de The Verbe era siempre el CD elegido. "Weeping Willow", mi canción para volar. En aquellas sesiones de relajación, descubrí mi enorme capacidad de unir la imagen a la música, despertando en mí la extraña vocación -nunca consumada- de llegar a ser realizadora de videoclips. Ya llegará.

Y hablando de videoclips... os dejo mi favorito. Es un poquitín fuerte, así que, si tenéis menos de 18, no lo veáis... (aunque yo lo vi con menos de 18, jeje). Me encantó. La canción, un temazo.


miércoles, mayo 16, 2007

Mantra

Tiene John Lennon un disco maravilloso llamado Imagine, donde, además de encontrarse el tema mítico que da título al album, se recogen canciones grandes y perfectas como Jealous Guy o Oh Yoko!. No obstante, desde mi punto de vista, sobre todas ellas, sobresale la increíble Oh My Love. Desde el momento en que la escuché por primera vez, no sólo entendí que me acompañaría durante toda mi vida sino que se convertiría en mi mantra personal. Me enamoré de ella sin remedio. Comprendí que, sólo sería feliz, si, alguna vez en mi vida, consiguiera sentirme como decía Lennon que se sentía en cada verso de este tema. Nunca encontré poema, música o prosa que me hiciera sentir tan de cerca la plenitud. Cuando la escucho, me resisto a respirar, a pensar en otra cosa que en sus pequeñas pero importantes ideas. Cuando me sumerjo en sus versos, todo en mi mente se vuelve nítido, todo está claro, todo está completo. Muchas veces, me gustaría que la canción durase para siempre.


Oh my love for the first time in my life,

My eyes are wide open,
Oh my lover for the first time in my life,
My eyes can see,

I see the wind,
Oh I see the trees,
Everything is clear in my heart,
I see the clouds,
Oh I see the sky,
Everything is clear in our world,

Oh my love for the first time in my life,
My mind is wide open,
oh my lover for the first time in my life,
My mind can feel,

I feel the sorrow,
Oh I feel the dreams,
Everything is clear in my heart,
I feel life,
Oh I feel love.
Everything is clear in our world.

(Oh mi amor por primera vez en mi vida/mis ojos están totalmente abiertos/Oh mi amor por primera vez en mi vida/mis ojos pueden ver./Veo el viento/veo los árboles/todo está claro en mi corazón./Veo las nubes/veo el cielo/todo está claro en mi corazón./Oh mi amor por primera vez en mi vida/mi mente está totalmente abierta/oh mi amor por primera vez en mi vida/mi mente puede sentir./Siento tristeza/siento los sueños/todo está claro en mi corazón./ Siento la vida/siento amor/todo está claro en nuestro mundo.)



(Por cierto, la foto de la portada de Rolling Stone recuerda un poco a El Beso de Klimt)

lunes, mayo 07, 2007

Gitana, ¿tú me quieres?

"- Gitana tuh meh quiereh?
- Mah que a mí!"

¿Se ha enterado alguien de que han arrestado a Doña Isabel Pantoja Martín? ¿Alguien sabe que ha declarado ante el juez Torres y que ha salido en libertad, tras pagar una fianza de 90.000 euritos? ¿Es posible que alguien conteste con un rotundo "no" a estas preguntas? Amigos, estamos, con toda probabilidad, ante la noticia la semana, del mes y, diría yo, del año. La verdad es que, desde hace bastante tiempo, la autora de este blog se encontraba entre los españoles que aun se preguntaban qué hacía esa señora paseándose por la calle (normalmente sin sujetador) sin ni siquiera haber pisado un juzgado para declarar. Es de todos sabido que, los que duermen sobre un mismo colchón se vuelven de la misma condición y, parece ser, que, debajo del de Muñoz y Pantoja, se escondían nueve mil y pico de euros destinados, supuestamente, a los gastos diarios del chalé.

Asistiendo todos los días a lo que asistimos, a esa profusión de mandíbulas apretadas, a esa cola negra tirantona y esas miradas se basilisco, es difícil echar la mirada atrás y recordar cómo era antes esta mujer. Posiblemente, ya al principio de su carrera, fue una soberbiona de pro, bastante interesada y marisabidilla, sin embargo, muchos nos preguntamos cómo es posible, no sólo que a medio país le caiga fatal Isabel Pantoja, sino que haya llegado a formar parte de la mayor red de corrupción de la historia de España.

Debo admitir que yo me crié con la música de la Pantoja. En mi casa, siempre ha sido una institución. Tiene un soberbio disco, donde se hace acompañar por Luis Cobos y que está dedicado a la copla más ancestral y bella llamado La Canción Española. Es bastante probable que me sepa de memoria la letra de todas las canciones que aparecen en ese antiguo vinilo. Son versiones de clásicos de la Piquer, Marifé o Juanita Reina; clásicos que todos conocemos y que hemos escuchado, a lo largo de nuestra vida, en miles de voces. No obstante, nadie canta copla como la Pantoja y, actualmente, nadie mueve la bata de cola como ella.

Aquí donde me veis, tan neurótica, rarita y anónima, yo iba para artista. Me descubrió una monja, en una excursión que hicimos, con el colegio, a una fábrica de "La Casera". Si Marisol estuviera muerta, hubiera podido ser perfectamente su reencarnación. Los recuerdos se confunden, sin embargo, me acuerdo de un micrófono y de una señora que pedía voluntarias para entretener a la audiencia (mis compañeras, que comían con avidez bocadillos acompañados con gaseosa de lima-limón). Y me ofrecí yo, ataviada con el odiado uniforme príncipe de gales, a cantar por ya-sabéis-quién: La Pantoja.

Después de mi primera actuación, citaron a mi madre para tratar el tema. La monja que me descubrió le hablaba emocionada sobre mí y se desahogó abiertamente con ella sobre su juventud perdida y sobre una vocación imposible encima de un escenario. Allí, pactaron mi carrera que consistiría en cantar en las fiestas de fin de curso del colegio, vestida de flamenca, cantando temas que no tuvieran demasiado contenido sexual entre estrofa y estrofa.

Cuando me mudé de casa y me cambié de colegio, poco a poco fui perdiendo cariño a la copla y a la religión. Dejé de ternerle eternos celos a Paquirrín por poder subir con su madre a los escenarios, dejé de escuchar el famoso disco y de observar hipnotizada la bata de cola de Isabel. Sin embargo, todavía me acuerdo de ella y de aquellos tiempos, a pesar de que me cueste mucho ver más allá de su odio y su soberbia actual. Aunque cada vez su voz sea más ronca y le cueste llenar escenarios, aunque termine yendo a la carcel víctima de su propia codicia, sigue siendo una artistaza.

Repasando su vida, tampoco es tan difícil vislumbrar por qué se ha convertido en la Margaret Tatcher española: La muerte de un marido, una condición sexual -posiblemente- no admitida, relaciones poco estables, compañías de dudosa reputación, una madre que está hasta en la sopa y un niño putero y drogadicto. Con menos, yo me habría suicidado hace tiempo. Para colmo, lo de la operación Malaya. Próximamente, en el chalé "Mi gitana", habrá que poner un cartel de advertencia: cuidado con el doberman.

Nostalgias aparte, manda narices el tinglado que tenían montado en Marbella. Supongo que no sólo en allí la gente se enriquece. No obstante, parece que sólo allí existen usurpadores de lo ajeno. La ciudad malagueña escenario fiel de lo que diferencia a un ladrón de un chorizo. El ladrón roba y se enriquece, al igual que el chorizo. Sin embargo, la diferencia se encuentra en los fines que se les da al dinero robado. Mientras que los ladrones se comportan de manera bastante "discreta" bien porque son personas con más de dos dedos de frente o porque eran, antes de robar, suficientemente ricos como para que no se note demasiado su apropiación, los chorizos, en cambio, son de otra catadura. Normalmente suelen ser "nuevos ricos" (término que por cierto odio usar) que bien, por falta de luces o por exceso de "horterismo" en sangre, se gastan el dinero en todo tipo excentricidades: Bañeras de 6.000 euros, animales disecados a granel, colección de relojes propia del Rey Fa... Es normal que les pillaran, era cuestión de tiempo y, claro, de cojones. No me quiero ni imaginar cuánto dinero le habrá puesto la mafia rusa a la cabeza del juez Torres...

  • La Escapista es consciente que la palabra horterismo no existe y hace constar que, en la foto que corona su artículo, Isabel Pantoja no lleva sujetador (again!)

martes, mayo 01, 2007

La fuerza del destino

Siempre he pensado que cuando Nacho Cano compuso "La fuerza del destino" se inspiró en su relación con Penélope Cruz. No puedo precisar en qué se basa tal razonamiento solo sé que, cuando escucho los primeros acordes de tan mítico tema, irracionalmente, pienso en ellos dos y en la pareja que un día formaron. Inevitablemente, me la imagino a ella, con su look recién salido de "La quinta marcha", en los aparcamientos de un bar atestado de luces de neón, contestándole a un colgadete Nacho Cano, que tenía diecinueve. Supongo que ya por entonces la chica apuntaba maneras.

Por lo que a mí respecta, "La fuerza del destino" es la típica canción que te recuerda a todo y a nada en concreto. Si tuviera que precisar, la conectaría directamente con mi infancia, al antiguo Ford Escort de mi padre y al tocadiscos de casa... La asociaría eternamente a aquellos cientos de loros tropicales y aquel disco inolvidable llamado "Descanso Dominical". "La fuerza del destino" me hace trasladarme a aquel alegre colegio de monjas, donde pasé mis primeros años de vida, que linda con el sevillano Palacio de Dueñas (lugar de nacimiento del gran Antonio Machado y residencia de la actual Duquesa de Alba). Me veo a mí, muy pequeñita, cubierta con el acartonado uniforme, repeinada en exceso y con algún diente menos en la boca. Eran los años en los que las preocupaciones se limitaban a no querer engullir un plato de lentejas o en adquirir a toda costa el último accesorio del muñeco de moda. En los maravillosos recreos coronados por ese sol brillante y hermoso que parece que ya no existe, nos disponíamos en parejas y nos lanzábamos a bailar los temas que más nos llenaban el disipado intelecto. "La Fuerza del Destino" era uno de ellos y nos recogijábamos interpretando, con meridiana exactitud, sus característicos "ah-ah".

Escuchando esta mítica canción, es fácil para mí recordar a las cientos de personas que pasaron por mi vida, que fueron, en cierto sentido, importantes en ella y que forman hoy parte de la masa enorme y amorfa que conforman los desconocidos. Me acuerdo de todas esas niñas, totalmente asexuadas, que conocí siendo "personitas" y que ahora serán mujeres, espero que hechas y derechas. Pero sobre todo me acuerdo de ella, de mi inseparable amiga, de los buenos momentos, en nuestra relación casi fraternal y única. Hace algunos días, introduje su nombre entrecomillado en el Google; aparecía en un comunicado del ayuntamiento, poco más. Como bonito homenaje, introduzco tu nombre en mi blog, por todo lo que vivimos juntas, por todos mis recuerdos.

Ahora, cuando te busque alguien encontrará más referencias sobre tí que una triste lista municipal. Aunque problablemente no tengamos nada en común ya... Inmaculada Rodríguez Villa, con domicilio en Sevilla, en Cardenal Cervantes, cerca de la Pila 'el Pato y con cumpleaños en abril:

¡Todavía te recuerda la autora de este blogMuchos besos!



martes, abril 10, 2007

El retrato de una dama

Para hoy, un post ligerito. Poniéndome al día con el VideoDub, he conseguido colgar en Youtube el inicio de la película "Retrato de una dama", protagonizada por Nicole Kidman y John Malkovich. Aunque, particularmente, el filme no me llamó la atención demasiado, he de reconocer que su comienzo siempre me sobrecogió. No sé si será la magnífica banda sonora de Wojciech Kilar, las sugerentes voces en off o el mensaje que transmite. En fin, es un misterio. Me quedo con esto: " Creo en el destino. De modo que creo que esa persona me encontrará. De algún modo, nos encontraremos. Es como encontrar un espejo, el más cristalino de todos y, también, el más leal. De modo que, cuando ame a esa persona, sé que me devolverá su resplandor".

lunes, marzo 12, 2007

Sha-Sha-Shakira

Hace unos días, me quedaba atónita tras visionar el clip de Beatutiful Liar, el nuevo tema que cantan a duo Beyonce Knowles y la colombiana Shakira. Independientemente del sexo al que pertenezcas y tus inquietudes bajo las sábanas de una cama, es imposible quedarse indiferente ante la belleza de dos de las mujeres más sexys del planeta. La fuerza de Beyonce con sus curvas ébano y la sensualidad oriental de las caderas de Shakira; ambas, pruebas vivientes de que el talento no está reñido con la belleza.




Puede decirse que, actualmente, Shakira es una de las interpretes más reputadas en el ámbito sudamericano. Si conectas la televisión, es bastante probable que la puedas ver anunciando un fantástico deportivo o un bonito colgante de una conocida marca de relojes. Ante todo este poderío mediático, es imposible no reflexionar sobre el cariz que ha tomado, en los últimos años, la carrera de la bella colombiana. Muy pocas personas conocen que, en sus inicios, fue tachada de mera copia de Alanis Morissette. A excepción de la canadiense (y de Dolores O'Jordan) muy pocas personas son capaces de cantar alternando esos característicos quejidos guturales de la colombiana.

Por 1995, la barranquillera, al igual que Morissete, ostentaba un particular look rockero-grunge. Con una guitarra adosada de por vida a su figura, la joven Shakira era un baluarte de lo "no-comercial" y, desde luego, de lo "no-frívolo". Por aquel entonces, su famoso ombligo vivía en el más estricto anonimato, sus fascinantes caderas pasaban totalmente desapercibidas y una preciosa mata de pelo oscuro enmarcaba su rabiosa belleza racial.



(el antes y el después de Shakira. ¿se ha puesto tetas?)

Fuimos muchos los sorprendidos por el radical cambio de look que experimentó Shakira allá por el 2001. De ser una comprometida cantautora, feminista y seria, se convirtió en la encarnación de la sensualidad. Ayudada por los padres de la música-basura-hispanoamericana -el matrimonio Stefan- la dulce Shakira empezó a sacarle partido a sus atributos físicos y a la herencia libanesa paterna. Se rodeó de gente influyente y, entre un batido y otro de caderas, encadenó célebres y exitosos duetos con reputados miembros del artisteo.

En su sano juicio, nadie puede negar el talento de Shakira. Sin embargo, la historia de su éxito puede tener varias interpretaciones. Según mi punto de vista, la colombiana sigue siendo la chica sencilla y sensible de antaño. El glamour y la sensualidad que esgrime en sus videoclips y en las carátulas de sus discos no se corresponde con el look que Shakira nos obsequia en sus conciertos y/o apariciones públicas. ¿Es que no vende una chica morena, con marcados rasgos raciales, cantautora, rockera y feminista? ¿No vale de nada la portentosa voz que te caracteriza si no enseñas estratégicamente tu maravilloso ombligo? ¿Alguien se ha parado a contar cuantos planos de caderas hay en los videos de Shakira y cuál es su proporción en el clip? Más allá de los superiores méritos de la colombiana, en el mundo de la música con voz femenina, se está cometiendo un gran agravio hacia las mujeres. O bien cantas de pena, pero estás bastante bien de físico (caso Britney Spears) o bien, sabes cantar, pero tienes que ir considerablemente ligerita de ropa para llegar a ser alguien. Todas estas mujeres son el espejo donde se miran, cada día, miles de jovencitas de todo el mundo. Me pregunto, ¿está bien lo que ven? ¿es ésta la clave del éxito?

miércoles, marzo 07, 2007

1440 minutos


Supongamos que cada mañana te encuetras 1440 euros.

Puedes regalarlos, divertirte con ellos o quemarlos.
Pero los que no uses, al final del día, desaparecerán.
Así funciona la vida.
La diferencia es que, lo que te encuentras por las mañanas, no son 1440 euros, son 1440 minutos.
Piensa bien qué vas a hacer con ellos.
(fragmento del anuncio del Mercedes Benz SportCoupé)


360 euros los regalo prácticamente, el resto del dinero... lo quemo sin remedio :/
"... like Peter Pan or Supermen, you're welcome to save me ..."


En fin, hoy estoy un poquito depre... ¿qué le vamos a hacer?

sábado, febrero 24, 2007

Nature Boy


There was a boy
a very strange
enchanted boy.
They say he wandered
very far, very far
over land and sea.
A little shy and sad of eye
but very wise was he.

And then one day
one magic day
he passed my way
while we spoke of many things
fools and kings
this he said to me.

The greatest things
you'll ever learn
is just to love
and be love in return




Hay canciones mágicas, que crees que encierran algo más que palabras que encajan entre sí. Esta es una de ellas. Aunque la original data de los años cuarenta y fue popularizada por el gran Nat King Cole, es sublime la versión que David Bowie hace de ella para la película Moulin Rouge de Baz Luhrmann. La voz del camaleónico Bowie se hace hipnótica, te paraliza los sentidos. Tan seductor y enigmático, como siempre, somos muchas las que, al escucharlo, le seguiríamos al mismo centro del laberinto.

lunes, diciembre 04, 2006

Posiblemente el peor cover de la historia

Es muy probable que el último disco disco de Ana Torroja, Me cuesta tanto olvidarte, sea el peor album de covers de la historia del pop nacional (con muchas papeletas para alzarse con el premio del jurado internacional). Sinceramente, no es que no haya oído un album de semejantes características desde hace mucho tiempo, es que nunca he tenido la oportunidad de escuchar un trabajo tan malo.

Como muchos sabrán, el dichoso LP está compuesto por una docena de grandes éxitos de Mecano, versionados por el bizarro Aleks Syntek. Para hacernos una idea, parece como si los artífices de tremenda parida musical hayan rifado al tun-tun las canciones de tan querido trío con toda clase de estilos musicales, sin pararse a pensar si era audible el dichoso invento. De esta manera, en el album, aparecen canciones míticas como Maquillaje con ritmo cabaretero o el inolvidable Me colé en una fiesta con tintes hindús, al más puro estilo Bollywood. Sin embargo, el cover más penoso de tan terrible recopilación es, posiblemente, Hijo de la Luna que se nos presenta en plan mariachi. ¡Ándale, Ándale, surmano!

Si no existiera la bendita Mula, muchos de nosotros habríamos corrido hasta nuestra tienda más cercana para adquirir semejante espanto. Si pensaron que la peor fusión que podrían oír eran las canciones de Los Beatles con ritmo caribeño, se equivocaron de pleno. O Syntek odiaba desde pequeño al trío madrileño o muchos de nosotros no estamos preparado para tan innovador concepto de música. Desde luego, la buena de Ana no nos tiene acostumbrados a este tipo de música. En definitiva, ¡ni se os ocurra comprarlo!

viernes, diciembre 01, 2006

El Mago de Oz, Judy Garland y Pink Floyd

Honestamente, siempre me ha dado un poco de rollo la película de Victor Flemming, El mago de Oz de 1939. Es tan espeluznantemente antigua que, a día de hoy, los rostros, que antaño fueran encantadores, se me antojan maliciosos y perversos. Si a ello añadimos la funesta historia del rodaje del filme donde se aunaron maquillajes tóxicos, problemas de inanición y una bruja chamuscada, supongo que totalmente comprensibles mis recelos hacia la película. Una de sus leyendas negras, consiste en que un miembro del reparto tuvo la morbosa ocurrencia de suicidarse en pleno rodaje. Es apreciable en la escena del bosque de manzanas donde Dorothy encuentra al hombre de hojalata; en uno de los manzanos de atrezo, en el horizonte del decorado, se puede distinguir una figura que cuelga de uno de los árboles. Parece que, a la hora del montaje, incluyeron la figura de un pájaro para subsanar el error, ya que, por entonces, volver a repetir una escena, era bastante caro.

En "El Mago de Oz" aparece una jovencita Judy Garland que contaba, por entonces, con tan solo 16 años de edad. Sin embargo, según varias biografías sobre la malograda actriz (recordemos que murió por una ingesta de barbitúricos a los 47 años), parece que el rodaje de la idílica película tuvo para ella funestas consecuencias. Muchos de sus biógrafos comentan la falta de escrúpulos del director y sus ayudantes, hasta el punto de que existieron ciertos casos de maltrato a la joven y de coacción al consumo de drogas. Según muchos de sus seguidores, el rodaje del "Mago de Oz" fue el comienzo de la vida de dependencia al alcohol y a los estupefacientes por parte de la tierna Judy. Todos sabemos como terminó su historia.

Casi por casualidad, he dado con una interesante página que tiene como título "The Dark Side of Oz" y que viene a engrosar el extenso universo freak sobre la película. En ella, se estudia la hipótesis de que la película de Victor Fleming y el album de Pink Floyd, Dark side of the moon, están estrechamente conectados, en tanto grupo se basó en el filme, y en concreto en la vida de su protagonista, para confeccionar su reputado LP. Sin embargo, las conexiones llegan más allá. En la página se insta al lector a que pruebe visionar la película de 1936 mientras reproduce el citado album de rock; según parece, los resultados de esta sincronización son abrumadores.

Como dije, las canciones del album no están tan relacionadas con la película como con Judy Garland, ya que la mayor parte de las estrofas que coinciden están relacionadas con la trágica vida de la actriz. Aunque en The Dark Side of Oz aparecen algunos de los casos más importantes del experimento, haré una pequeña reseña sobre los que más llamaron mi atención:
  • En la canción Breathe podemos escuchar lo siguiente: "And balanced on the biggest wave/You race towards an early grave". Estos versos se suceden cuando, en la película, Dorothy aparece balánceandose encima de una valla, en la granja de sus tios. Muchos han querido ver en esta coincidencia una alusion a la repentina y anticipada muerte de la actriz
  • En la transición de Speak to me a Breathe, es posible oir el ruido de un proyector de cine seguido por un grito. Esto sucede justo cuando aparecen, en pantalla, los nombres del director y del productor de la citada película. Hay quien piensa que ésto se encuentra relacionado con los malos tratos que ambos propinaron a la joven Judy.
  • La canción On the run es sólo instrumental y aparece en el momento en que Dorothy entona la famosa canción "Over the rainbow". Nótese que ambas tienen el mismo acrónimo: O.T.R.
  • En la canción Money, se hacer referencia al potencial económico de la figura de Judy Garland. Por ello, en un plano corto de la joven, es posible escuchar el tintineo de una máquina registradora. Asimismo, se hace referencia a la explotación por parte de la MGM en los versos "Money get away/Get a good job with a good pay and you're ok/Money, it's a gas". Es constatable que la primera letra de cada verso forma el acrónimo de la famosa productora.
Personalmente, se me ponen los pelos de punta. Sin embargo, no veo la hora en hacer el dichoso experimento. En la propia página, aparecen las instrucciones para poder realizarlo correctamente. Antes de acabar, hay que señalar que, en todo momento, la banda británica negó algún tipo de conexión entre el famoso filme y su afamado disco. Pero, después de lo visto, ¿Quién se lo cree?


domingo, noviembre 26, 2006

Vuelve Take That!

Tras 10 años de silencio, como grupo, y con algunos descalabros profesionales de por medio, Take That vuelve a los anaqueles de nuestras tiendas de música y a los primeros puestos en descarga peer-to-peer. Sin duda la pequeña gira que realizaran, en primavera, por todo el Reino Unido, ha sido el motor de su inminente regreso y del lanzamiento de su nuevo disco. "Beautiful World", que así se llamará el último vástago del grupo, verá la luz mañana (27 de Noviembre). Los cambios son significativos: además del sutil giro de estilo y de ciertos cambios en algunas voces, no pasa desapercibida la nueva conciencia autónoma de cada uno de los integrantes . Pasaron a la historia aquellas canciones en las que sólo Gary se lucía y los demás le hacían los coros. En su nuevo disco, no sólo Mark y Howard cantan varias canciones, sino que hasta Jason Orange se atreve a hacer sus pinitos como solista.

Otro aspecto bastante destacable, es que los cuatro integrantes de la boyband han mejorado con la edad. Como el buen vino, se han desprendido de sus antiguos looks para adoptar una estética más seria y adulta. Si todavía soñáis con sus cuerpos embutidos en cuero a la moda de los primeros años o con el look "romanticón" del "Everything Changes", debo deciros que nada de ello encontrareis ahora en los integrantes del grupo de Manchester. Del mismo modo que, si por el contrario, añoráis al bueno de Rob, perdéis el tiempo buscándolo ya que ha rehusado a unirse a la fiesta, algo totalmente comprensible no obstante.

Su primer single se llama "Patience" aludiendo al tiempo que han necesitado tomarse para dar este gran paso en sus carreras. De hecho, el video -que os dejo en el post- muestra a los chicos caminando, a duras penas y micrófono en mano, por caminos inhóspitos hasta llegar a reunirse. Ni que decir tiene que están todos guapísimos, especialmente Jason que tiene un extraño parecido con Daniel Day-Lewis en "En el nombre del padre", aunque, realmente, me quedo con Mark, como siempre. Sea como fuere, la canción tiene buena pinta y muchos le auguran éxito.



Sin embargo, no todo va a ser flores en la viña del señor. Han pasado 10 años y, quieras o no, las cosas se ven de otra manera después de tanto tiempo. Te das cuenta de circunstancias de las que, con 14 años, obviamente, no te dabas cuenta. Una de ellas es la escasa participación del grupo tanto en la ejecución como en la creación de las propias canciones. Quiero decir que, antes, la filosofía de Take That consistía en un chico regordete que cantaba bien y componía bien, siendo, el resto de los chavales un mero adorno. Con el paso del tiempo, algunos, como Robbie, fueron tomando protagonismo: cantaban como solistas, de vez en cuando. Mark cantó, en total, dos canciones y Howard hizo lo mismo. Lo que uno se pregunta es, ¿qué hacían el resto del tiempo?. Lo más alarmante es que sólo escuché a Jason una vez cantar una canción como solista y ¡fue en un concierto!.

Supongo, que echando la vista atrás, Take That tuvo que convertirse, en los últimos años, en una bomba de relojería. Por un lado estaban cuatro integrates del grupo que sólo hacían coros y cantaban, aunque, de vez en cuando, tenían el honor de poder lucirse en soledad. Frente a ellos estaba Gary, el que ganaba dinero y el respeto de la crítica. Pero, desde el punto de vista del cantautor, tuvo que ser también muy duro. Cantas, compones, bailas (es decir, todo), tienes que compartir las ganancias con cuatro que están de atrezo y encima le caes mal a todas las fans: porque a todas nos caía fatal Gary, es o no?

En definitiva, ya veremos cuanto aguantan de nuevo juntos. Yo iré mañana mismo a por mi disco.