Mostrando entradas con la etiqueta Me cae fatal. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Me cae fatal. Mostrar todas las entradas

viernes, mayo 02, 2008

Invadiendo Polonia

Hace algunos días, viendo en televisión un nuevo y ultrafuturista anuncio de coches, recordé, de repente, aquella inmejorable escena de Asesinato en Manhattan. La secuencia es archiconocida: Carol y Larry Lipton (Diane Keaton y Woody Allen) salen de la ópera con aparente precipitación. Ella le dice: " El trato era que yo te acompañaba al partido de hockey y tú veías la ópera completa". A lo que Larry, genialmente, contesta: "No puedo aguantar tanto a Wagner. Me dan ganas de invadir Polonia". (Qué grande!)

Recuerdo que cuando vi por primera vez la encantadora película de Allen, no pude evitar una tremenda carcajada al escuchar el citado diálogo. Y es que, aunque bien es cierto que no tengo más vinculación con el pueblo judío que una más que sincera >admiración por Barbra Streisand y su "Yentl", he de reconocer que Wagner siempre me ha dado muy mal rollo. Evidentemente, esto no tiene nada que ver con la capacidad del señor para componer, que me parece admirable. Como os digo, es algo totalmente irracional.

Totalmente ajeno al mundo de la lógica, fue mi reacción al ver el nuevo anuncio del Citroën C5, coronado con ese espectacular (y conocidísimo) fragmento de la "Walkiria" y el eslogan "Caracter Alemán, Espíritu Francés". Sinceramente, se me pusieron los pelos como escarpias (también contribuye un poco el aspecto del maromo). Y es que, cuando se utiliza a Wagner como sinónimo directo de "lo germánico", algo irracional en mí, me hace aborrecerlo.



Tal vez sea por la idolatría que Adolf Hitler le profesó al compositor; tal vez, por la aterradora vinculación de sus notas a aquellos terribles paseos en los campos de concentración; tal vez por la grandeza de sus coros apocalípticos,... no lo sé. Es una sensación dificil de definir.

En cierto sentido, comprendo que es necesario diferenciar, por el bien de la humanidad, entre arte y política, aunque, también es verdad que, muchas veces, ambos conceptos van de la mano. A pesar de que, durante el nazismo, Wagner -al igual que Nietzche y otros pensadores- estaba, hablando claro, criando malvas tres metros bajo tierra, también hay que decir que el susodicho no era, ni mucho menos, un entrañable alemán obsesionado por la mitología aria. Independientemente de que fuera, sin lugar a dudas, un músico excelente, también es cierto que fue un ideólogo cuanto menos miserable. Si quizás, al principio, abogó por la unión de los pueblos y la concordia, con los años, fue convirtiéndose en un acérrimo defensor del nacionalismo alemán y en un antisemita de "pro": sin duda, una circunstancia ideológica que empapó a toda su música. Asimismo, según se ha demostrado, Wagner fue seguidor de Arthur de Gobineau, siendo su hija esposa de Houston S. Chamberlain, ambos teóricos inspiradores de una buena parte de la ideología nacionalsocialista. El suyo era un racismo biológico, primo hermano de lo que hoy en día conocemos como "higiene racial".

Por todo ello, y por algunas cosas más, hoy en día, Wagner no tiene muy buena crítica, por lo menos entre el público judío. Todavía, están mal vistas sus obras en el Estado de Israel ya que, aunque haya pasado más de medio siglo desde todo aquello, las heridas siguen bien abiertas. Hay quien dice que toda esta historia debería trascender en la medida en que se debería olvidar, en cierto modo, el pasado y volver a ver a Wagner desde sólo un punto de vista musical. Pero la música es emoción, reminiscencia, un juego de los sentidos y de los sentimientos... Como en el caso de spot publicitario, aún hoy, la música del compositor se asocia con lo alemán, con la grandeza del pueblo germánico,... es fácil dejar al cerebro sacar sus propias conclusiones. Un lastre, sin duda, que perjudica a todos.

lunes, octubre 08, 2007

Basura

Si todavía no os habéis enterado (afortunados ascetas) ya es hora de que sepáis que las noches sabáticas de Telecinco -la cuna de la llamada telebasura- ya no están dedicadas, en cuerpo y alma, a hablar del mundo del corazón. Desde hace algunas semanas, se emite un nuevo espacio multidisciplinar, de esos que tanto gustan ahora, donde se tratan todo tipo de temas que van desde la última pelea del gran hermano, hasta la muerte de un chaval en un campo de futbol, pasando por la última ruptura del famosete de turno. En definitiva, lo mismo de siempre –cotilleo, amarillismo y demás casquería- pero rodeado por una especie de halo de seriedad e imparcialidad que ni el CSI.

En algunos aspectos, podría colar eso de incluir a una “semi-presentadora” entradita en carnes, de mediana edad, poco atractiva, para infundir cierta trascendencia a los temas, sin embargo, cuando descubres que el nuevo formato ha reciclado, ha sacado de su nauseabundo lugar de fermentación del que nunca debieron salir, a dos mastodontes de la parcialidad y la frivolidad, empiezas a sentir tremendas arcadas. Es decir, cuando ves sentado a un lado del presentador a un personaje de la catadura moral de Alfredo Urdaci (u-erre-de-a-ce-i) y a esa eterna hija-de-mamá-pose-de-becaria-hasta-los-restos que se llama Terelu Campos, te das cuenta que te estás tragando la misma clase de bazofia que antes pero con un salsa de tipo-agridulce que todavía da más asco.

Por tanto, no me sorprendió, como comprenderéis, que, el fin de semana pasado, invitaran a tan excelso espectáculo a uno de los señores, a mi enteder, más despreciables del mundo periodístico: Luis María Anson; antaño director de ABC, actualmente, máximo responsable del diario La Razón: ese fantástico, imparcial y veraz exponente de la cultura de este pais. Desde mi punto de vista, la reencarnación misma de Tortuga Duende o del abuelo de Ranma, sólo es llamado para tres temas en cuestión, que domina con inmensa maestría: la defensa a ultranza de nuestra futura reina, el odio a lo rojo y el amor a las jovencitas de buen ver (sin duda, su punto débil). En La Noria, además de tirarle los tejos descaradamente a la hija de la Campos, aprovechó también para hablar sobre la inestimable profesional que fue Letizia, mientras trabajaba bajo sus órdenes en ABC, honor que compartió con el mencionado U.R.D.A.C.I -adalid de la veracidad- que también fue el jefe de la princesa, en esa oscura época suya en la Primera (por no decir vergonzosa época). Fue el presentador, con un par de genitales, el que le preguntó a Tortuga Duende si había existido, hace cientos de años, algún tipo de complot para expulsar del gobierno a Felipe González. Luis María contestó así:




Primero, alaba al Sr. González, luego lo compara con Franco, luego dijo que no hubo pacto, para más tarde exponer que hubo una táctica de acoso y derribo, para hacerles comprender a los españoles que era necesario el cambio. ¿Senilidad? No. Una imparable verborrea del augusto señor para finalmente concluir que, como todos sabíamos, hubo un complot de la prensa del lado diestro para expulsar del gobierno de España al, según el propio Ansón, mejor político español del siglo XX. Einnnnn??

Aunque no aparece en el vídeo, seguidamente le preguntaron si le parecía honorable eso de promover la caída de un gobierno y de intentar influir en la opinión de los españoles, a lo que contestó que el país, a pesar de sus triquiñuelas tramposas, tenía la suficiente conciencia política como para tomar decisiones libres y argumentadas. “Trabajamos mucho para que el pueblo español entendiera que era conveniente el cambio”…

¿Sólo a mí me parece extremadamente peligrosa esa frase? ¿Quién es este señor o su compañero en faenas de colorida mujer y corbatas para “hacerme enteder a quién debo votar”? ¿Acaso acertaron con el cambio? ¿Para qué leemos periódicos? ¿Para informarnos o para aleccionarnos? Está claro que en ese plató estaban encarnados el pasado y el presente de la tergiversación periodística española: El Sr. Anson y D. Alfredo Urdaci. Luego llamamos a ciertos programas “basura”, cuando algunos periodistas podrían entrar de cabeza en el mismo negro y nauseabundo saco. Sinceramente, no sé qué será mejor: ver el Gran Hermano o leer cada mañana el periódico de este señor.

martes, julio 24, 2007

La verdad duele

Es increíble la que se ha armado con la dichosa portada de El Jueves. Si con la cuestionable decisión de retirarla de todos los quioscos perseguían hacerla pasar desapercibida y borrarla de los inocentes y devotos ojos españolitos, han conseguido todo lo contrario. Hay que tener poca vista: a día de hoy la actitud "copulativa" de nuestros príncipes es, quizás, lo más visto en el país y parte del extranjero. Cualquiera diría que el juez del Olmo, en vez de hacer un favor, ha ahondado más en el supuesto agravio.

De este secuestro mediático, pueden sacarse en claro varias cosas:

El absurdo respeto de algunos hacia una familia de gorrones. Un vasallaje que los propios medios suponen que milita, abiertamente, la mayor parte de la población española (ejemplo de espiral del silencio). Al fin y al cabo, ya se vio, en su día, en "El español de la historia", que el rey Don Juan Carlos había sido el personaje más influyente per secula seculorum, y por votación popular, de este país (y Antena 3 no miente). Desde mi punto de vista, creo que, por lo que les pagamos anualmente a esta panda de chupócteros, no sólo deberían agradecer los muchos halagos sin motivo que se les dedican, sino también soportar las críticas, que son pocas pero muy acertadas.

Me pregunto si el juez Del Olmo hubiera retirado de los quioscos una caricatura (es que encima es una caricatura) de Yola Berrocal con el famoso de turno en la misma pose. Y es que parece que la monarquia no copula, ni va al cuarto de baño, ni se tira peos (me niego a decir pedos -es superior a mí-). Les pedimos con tanta insistencia una herederita o un herederito que, con tanta presión, no entiendo comó no se han vuelto frígidos. Sin embargo, ¿es posible que no toleremos imaginarlos en actitudes más cariñosas?. Es el antiguo tema de la doble moral: nos escandalizamos por ver a una pareja reproduciéndose, mientras que nadie se sobrecoge más de lo necesario cuando aparecen imágenes de una guerra remota, que deberían provocarnos de todo menos indiferencia. Y aunque el tema de las revistas con señores y señoras copulando es más antiguo que la luz, cambia el asunto cuando hablamos de princesas y príncipes. Porque, hasta lo que yo sé, en la mencionada portada realizan un acto realmente natural, sobre todo si lo examinamos desde el punto de vista de la postura.

A parte del atentado a la libertad de expresión y toda esa parafernalia, lo realmente indignante es el tratamiento que algunos sectores de la comunicación de este país le han dado a la noticia. Es bochornoso que el gremio de periodistas haya estado tan dividido en una cuestión tan relevante que exige una unión férrea contra las autoridades. Incluso, he llegado a oír que las asociaciones de caricaturistas reprueban la labor de un compañero. Es un tema peliagudo. Todavía, en algunos círculos, el respeto timorato a esta familia está más vigente que nunca, aún cuando tengamos que presenciar el deficiente servicio que actualmente nos prestan: a saber, las largas temporadas de la reina en el extranjero y la incapacidad del rey de hallarse mínimamente consciente en los actos públicos. Sin embargo, a pesar de esto, hay dos personas imputadas por un supuesto delito de injurias a la corona, que suena cuanto menos casposo, pero que puede acarrear hasta dos años de carcel.

Yo me quedo con esta frase: "¿Te das cuenta? Si te quedas preñada ¡ésto va a ser lo más parecido a trabajar que he hecho en mi vida!" A veces, la verdad duele.

martes, julio 17, 2007

Dover is Over

Primero, vomitemos.

Lo admito. Siempre me han caido mal los chicos de Dover. No obstante, desde que sacaron su último disco, con el que están rompiendo en la lista de éxitos de los 40 principales, simplemente, no los soporto. Todavía no entiendo por qué cantan en inglés. No es que yo sea una patriota, defensora a ultranza del español y de la ñ. Al contrario, me encanta la música en inglés, las canciones más importantes de mi vida fueron escritas en dicho idioma. Sin embargo, debo admitir que eso de que hispanohablantes opten por esta lengua, no me termina de convencer del todo.

Al principio, pensaba que Dover era un grupo extranjero, mínimo, de Gibraltar. Mi gozo fue a parar a lo más hondo de un pozo, cuando los escuché hablar en el más castizo acento madrileño. Los más progres pensaréis que lo suyo no es un caso aislado; que en otros países existen cantantes que no componen o cantan en su lengua materna. Cierto y me parece perfecto. Comprendo que la fantástica Björk cante en inglés y no en su islandés natal ya que, evidentemente, ni vendiendo un ejemplar de su cd a cada uno de sus compatriotas, llegaría la chica a vivir de su trabajo. Si el islandés sólo es hablado por 300.000 personas en el mundo, y aunque las canciones de Bjork no dejarían de ser hermosas en este idioma, es normal que se utilice el inglés.

No obstante, lo de Dover es diferente. Si pensamos que en este cacho de tierra que llaman España existen diversas lenguas y que, incluso, en algunos lugares hay enormes discrepancias en cuestiones idiomáticas; contando con que intenamos mantener por todos los medios nuestra amenazada cultura, la vigencia de nuestras lenguas, nuestro cine, nuestra literatura, nuestra música... ¿a qué vienen cuatro pelagatos cantando en inglés? Evidentemente, lo de Dover no es cuestión ni de falta de idiomas ni de orejas que escuchen. No conozco los datos de ventas de este grupo en el extranjero, ni sé si su target comercial está fuera de las fronteras españolas, pero, si esto es parte de una estrategia, no sólo están obviando el idioma que hablan más de 40 millones de españolitos, sino la lengua común de toda latinoamérica.

Aunque me quedaré, definitivamente, con las ganas de escuchar "Devil came to me" en bable, debo admitir que tenían algunas cancioncillas que no sonaban demasiado mal. Pero, en esta vida, ya sabéis, crea fama y échate a dormir. ¡Que canten en castellano, o en euskera, o en valenciano! (... aunque mi favorito es el bable) ¿No serán las hermanas Llanos de la opinión (a mi parecer bastante estúpida) de que sus canciones suenan mejor en la lengua de Shakespeare?

Un argumento más fiable puede hallarse en que las hermanas Llanos, después de una terrible ingesta de bollería industrial, tuvieron una revelación mariana y se impregnaron del sonido de Seattle (o por lo menos, algo así, dice la Wikipedia). En mi cerebro se aunan las imágenes de la loca con cara de viciosa que ejerce funciones de cantante en Dover y del gran Kurt Cobain. ¡Sacrilegio!. Los Manolos, en su día, con su "ol-mai-lovin", también se inspiraron en Los Beatles. Le echaron cojones y lo intentaron en español. Y aunque la versión de los horteras estos (y no me refiero, en esta ocasión, a Dover) nos hiciera sangre en los oídos, me parece, sin duda, su intento, más sincero y honesto, que a lo que nos tienen acostumbrados los cuatro niñatillos estos.

Evidentemente, no vendían mucho, si no, ¿a qué se puede deber el radical cambio de estilo de su último disco? Lo que antes se podía traducir por un pop-rock-comercialoide-alternativo-perfectoparapersonasanticancionesenespañol, se ha transformado en un estilo dicotequero de cuarta. Y es que, como según dice la wikipedia, en esta ocasión, los chicos de Dover se han inspirado en Madona y en Peaches... ¡como si se hubieran inspirado en Georgy Dan! ¿Qué tiene que ver Madona con Nirvana? ¿Estamos mezclando, otra vez, churras con merinas?

Evidentemente, la estética grungeta ya no vende y, los grupos que apostaron por este tipo de sonido (añorado) se comen los mocos (hablando mal y pronto). Ocurrió lo mismo con Shakira. Cuando el boom Alanis Morissette pasó a mejor vida (también añorada), Sha tuvo que reinventarse... se tiñó de rubió y movió las caderas. Con Dover está ocurriendo algo semejante: Ahora, los chicos no paran a beber litronas en los parques y no se quieren morir de una sobredosis como Kurt Kobain (o fue un asesinato?). Ahora, lo bueno se cuece en las pistas de baile. Conclusión: transformaron a la cantante macarra, que siempre estuvo entradita en carnes, en una semi-sílfide, la apuntaron a pilates y la pusieron a dar saltos como una posesa descerebrada. Y es que la estética discotequera es lo que tiene.

Mientras me pregunto qué significa realmente "Do ya", mi cerebro se sumerge en una extraña paradoja. Es como cuando dos fulanos se encuentran en el extranjero y hablan en inglés. Al cabo de un rato, les da por preguntarse la nacionalidad y (voila!) descubren que han estado haciendo el tonto durante un buen rato. En fin, por lo menos, aprenderemos más inglés.

miércoles, febrero 14, 2007

Odio la moda Mac

No hay nada en el mundo que me de más coraje que esta nueva fiebre, que tienen algunos, por los artículos de la marca Apple. Me acuerdo de las charlas que nos daban en la facultad sobre la importancia que un Mac puede tener para un creativo o un diseñador. "Paparruchadas" - pensé la primera vez que cogí el obsoleto Macintosh que presidía el estudio de la primera agencia donde trabajé (o me explotaron, diría yo). Entonces, yo aborrecía a la dichosa manzanita y me moría, en cambio, por el poderoso Pc de mi compañero...

Algún tiempo después, cuando cambié de trabajo, me arrepentí de todo lo dicho. Las satisfacciones, que un Macintosh en condiciones puede darte, no son comparables con las constantes deficiencias de un Pc, y no digamos ya del sempiterno Windows. Sólo entonces, cuando me di cuenta de lo estúpido que sería sucumbir a la tentación de los minúsculos precios de un ordenador híbrido, decidí hacerme con mi primer vástago Apple.

Creo que es un comportamiento totalmente racional, coherente y lógico. Sin embargo, no soporto a aquellos que se compran un Mac porque -simple y llanamente- es guay. ¿Pero esto qué es? Apaga tu Ipod Shuttle donde, seguramente, tendrás alojada la discografía de los Planetas, y explícame de donde nace la tremenda estupidez de comprarte algo que desconoces totalmente. "Es que son bonitos". Es casi sacrílego ir a una tienda a adquirir tu Mac sin saber lo que te estás llevando.

"Paparruchadas", vuelvo a decir. Son caros y bonitos, punto y pelota. Te los compras porque, tu actor favorito, en esa película para memos que tanto te gusta, tiene en su casa un impresionante Power Book. Es elegante y da un toque elitista que te encanta. Es entonces cuando juras por Fernando Alonso que lo próximo que te compres será uno de esos. "Son tan bonitos". Cuando vas a la tienda y pides su precio, te lo piensas un poco. Quizás tu no seas tan bueno para tener uno de ellos. Lo dramático es que, quizás, no te falte razón.

Luego, escuchas por ahí que muchos fotógrafos, diseñadores, etc... usan a diario este tipo de ordenadores. Y es ahí cuando tú, que en tus ratos libres te gusta irte por ahí a hacer fotos, porque eres guay y te sientes creativo, sucumbes a la moda Mac... y te gastas tus cuartos en algo que, a priori, no sabes si te va a terminar de gustar. Sin embargo, eres arriesgado. Te encanta descubrir cosas nuevas -aunque te dejes una buena parte de tu sueldo en ellas-. Seguramente serás de esos que te cambias a Adium, para pasar de Microsoft, y terminas tuneándolo para que se parezca, lo máximo posible, a tu MSN de toda la vida. ¿A quién quieres engañar, tío?

lunes, febrero 12, 2007

El sobrevalorado Bram Stoker

Muchas veces escuchamos este tipo de expresiones:

"Ayer, fui al cine a ver El Perfume... Está bien, pero me gustó más el libro"

Queda muy bien expresar este tipo de comentarios. Más que nada porque nadie te los discute. Es por todos sabido que segundas partes nunca fueron buenas por lo que, normalmente, la versión audiovisual de un libro suele no gustar. Un ejemplo reciente es la película de El Código Da Vinci. Aunque jamás imaginé a Robert Langdon en las carnes de Tom Hanks, no puedo concebir que un libro tan dinámico como el de Dan Brown pueda llegar a concretarse en un filme tan soporífero.

Sin embargo, este artículo no trata sobre eso. Es más, va sobre todo lo contrario: De películas que han resultado ser mejor que su ejemplo literario. Son pocas. De hecho yo solo conozco una y es, definitivamente, el genial filme de Francis Ford Coppola: Drácula de Bram Stoker.


Como bien sabemos, existen películas de Drácula a granel. Hasta que apareciera el filme del que hoy hablamos, en nuestras mentes infantiles anidaba el implacable Christopher Lee (sí, niños, Saruman en El Señor de los Anillos) en el papel de ese conde rumano que más que miedo daba calentura. Por aquel entonces, el personaje era simplemente un asesino sobrenatural, bebedor compulsivo de sangre, malo a rabiar y con cierto gusto por jovencitas de buen ver. El Drácula de la novela no es así y, de esta manera, tuvo que verlo Coppola cuando pensó en su película. Una empresa harto arriesgada pues, muchos fueron los que pensaron que su aportación poco podría tener de útil, ya que, a esas alturas, la gente le tenía a Drácula de todo menos miedo.


Y así nació Drácula de Bram Stoker. Los que fueron al cine esperando ver otra nueva película-sangrienta-de-terror, se equivocaron de pleno. Lo que hizo Coppola fue, sin duda, una arrebatadora y magnética historia de amor eterno, que se desarrolla más allá de las pretensiones sanguíneas del protagonista. Sé de muchos que se enamoraron de Winona Ryder al ver esa extraña película. Yo lo hice de Keanu Reeves, en el papel de Jonathan Harker. Después, con los años, lo odié. En fin, cosas de la juventud.


Muchos critican la faceta romanticona y sensible del personaje ideado por Coppola. Lo que la mayoría no sabe es que la novela de Stoker, como toda su obra, se encuentra cogida con alfileres, ya que muchas de las acciones que en ella se desarrollan no tienen consecuencia ni causa lógica. De esta manera, la mayoría de los que se han leído el libro se preguntan de donde nace la obsesión del sanguinario conde por Mina Murray. Es, sin duda, un cabo suelto dentro de la trama de la mítica novela. Parece ser que Coppola se limitó a tejer allí donde el escritor se había olvidado y se saco de la manga una fascinante historia de amor. "He recorrido océanos de tiempo para encontrarte", le dice Drácula a Mina. Simplemente, sublime.

Le hizo un gran favor a Stoker, sin duda. No he conocido en la vida autor más sobrevalorado que él. Hablo con conocimiento de causa ya que, aunque Drácula me pareció la novela más aburrida del planeta, he leído otros de sus libros. Las obras de Stoker suelen tener unos títulos bastante sensacionalistas y llamativos. Muy golosos para el ojo de cualquier lector despistado. El problema reside en que, detrás de esos grandiosos titulares se esconde, normalmente, una novela deshilvanada y estúpida, llena de estereotipos y convencionalismos. Todo ello, surgido de la mente de un ser racista y machista. Una joya.

De esta manera, el único merito patente que se le puede atribuir a Bram Stoker es el de haber difundido la fascinante figura del vampiro. Aunque, según parece, el escritor frecuentó a un alto entendido en la cultura vampiresca, son muchos los que afirman que no se basó tanto en la figura de Vlad Tepes (el auténtico Drácula) como en las novelas sobre el tema que ya existían, a la hora de crear al personaje. Parece ser que alguien con más miedo que luces le comunicó que Drácula significaba demonio en rumano, por lo que el buen hombre (y aquí nos referimos a Stoker), en un ataque de inspiración, le puso dicho nombre a su personaje. Nada más. Ahí, y sólo ahí, reside el éxito de Bram Stoker. Lo demás, ya estaba inventado.

Parece ser que Stoker, que no era un santo y se pasaba todo el día en los burdeles o en los fumaderos de opio de su época, murió de sífilis en una humilde y pestilente pensión de Londres. Según cuentan, en sus últimos minutos de vida no hacía otra cosa que señalar -desde el lecho de muerte- una de las esquinas de su habitación mientras que pronunciaba la palabra "Strigoi" que, al parecer, significa vampiro en rumano. Acojona, eh??

jueves, febrero 08, 2007

Iker Jiménez: Personaje del año

Todas las noches visito laguiatv.com, una web desde donde, fácilmente, puedes acceder a las parrillas de las principales cadenas de televisión del país. También, es interesante porque puedes encontrar datos sobre las audiencias y noticias de actualidad del medio. Es una semana de pasmos. A este ritmo, no sé cómo todavía no me ha dado un ataque al corazón o un shock de estos que te dejan catatónica. Desde luego, no es una noticia apta para cardiacos: ¡¡Iker Jimenez ha sido elegido personaje televisivo del año!!

(Noooooooooooooooooooooooooooooooooooooo!!)

Parece ser que un 43,5% de los lectores de laguiatv.com, han votado a favor del capitán de la Nave del Misterio, para que se convierta, nada más ni menos, que en el personaje televisivo del año 2006. Este tipo de acontecimientos te hace sentir como un bicho raro, por lo menos a mí. ¿Cómo puede votar un 43,5% de personas al pánfilo Iker Jiménez, habiéndo tanto género en el espectro televivo? ¡Es que es casi la mitad de la muestra! ¿Qué ve la gente en este individuo que yo no atisbo a ver? El propio Iker nos descubre el misterio (como no!):


<me dejo la vida en cada historia. Lo intento vivir profundamente y eso conecta>>

Está claro que el amigo Iker no hace un programa de cocina. "Me dejo la vida": Buena metáfora para un aguerrido investigador paranormal que se gana el pan contactando con muertos (algunos, de risa) o en su defecto con Carmen Porter (la que sale en su programa y que sólo coge carrerilla si comienza la frase con "Así es, Iker", o algo por el estilo). ¿Dónde me dejais el detalle de "eso conecta"? Está claro que el presentador no sólo es el personaje del año sino que ha creado un nuevo estilo lingüístico: el sobrenatural.

<<Juan Vallejo, Francisco Contreras, Santiago Camacho y Luis Álvarez,
que se trasladan al lugar de la noticia, allí donde se produzcan hechos insólitos>>

Desde luego, el redactor que escribió esto nunca ha visto Cuarto Milenio y sus rigurosos reportajes. O es que la actualidad de la dimensión espiritual es más triste que el canario de "Dos tontos muy tontos" o la capacidad sorpresiva de Iker Jiménez está bajo mínimos. Es que si no, no se explican las noticias tan poco creíbles que aparecen en el programa. En fín, de todo ello ya hablamos, en su día, en otro artículo.

A los fans del personaje del año, les comunico que, en todos los kioscos de España, están a la venta los coleccionables de Cuarto Milenio. No obstante, yo os recomiendo el de la Dragonlance (El templo de Ishtar por menos de 2 euros, ¡un chollo!), sobre todo si buscais una fantasía alternativa a perseguir espíritus y profanar cementerios.

miércoles, febrero 07, 2007

Vergonzosa Vista

A cuadros me quedé, ayer noche, cuando, en uno de esos interminables cortes publicitarios de una conocida cadena de televisión, en prime time, tuve la oportunidad de visualizar, el que para mí sería, el primer anuncio de Windows Vista. Enrojecí de ira. Por poco me da algo.

En mi lista de posibles post, se encontraba, desde hace tiempo, un tema que surgió a raíz de leer un artículo que se hallaba entre las noticias de la página de Apple. Aunque está en inglés y es algo extenso, básicamente, el autor de la nota comentaba, con una más que clara vena "macintoshniana", sus impresiones después de haber tenido la oportunidad de probar el nuevo Windows Vista de Microsoft.

"Vergonzosa copia" es el calificativo que le otorga el buen hombre al nuevo vástago de Bill Gates. ¡Y no es para menos! El anuncio de Windows Vista, desde la perspectiva de una persona que no haya trabajado nunca en un entorno mac, debe resultar impresionante. Ventanas que se ordenan y se muestran al instante, panel de pequeñas aplicaciones con solo pulsar un botón, búsqueda instantánea desde cualquier ventana... Sin duda, una pasada para el ojo acostumbrado al penoso Windows Xp.

Lo que la mayoría desconoce, es que Apple lleva años implementando esos artilugios que desde Microsoft se presentan como novedosos. Hasta el punto de que, Windows Vista es, a día de hoy y teniendo en cuenta las aportaciones de sus competidores, un sistema operativo desfasado. Aunque habrá puristas que, con bastante razón, puedan afirmar que los chicos de Apple también plagian, el nuevo Windows es una burda copia de Mac Os X y, según muchos, muy mal hecha. Y, encima, no aporta nada nuevo.

Es indignante. Desde la maldita SGAE nos hacen sentir culpables por descargarnos música, cine y software desde los programas P2P. El propio "Guillermito Puertas" nos obliga a instalarnos el indigante WGA (Windows Genuine Advantage) si, a pesar de todas sus desventajas, queremos descargarnos su nuevo Internet Explorer. De nuevo, otra genuina copia de otros navegadores, muchísimo mejores y que la gente desconoce.

Asimismo, mediante el dichoso WGA, Microsoft, cual troyano-spyware, es capaz de rastrear nuestros equipos y detectar nuestras copias ilegales de su maltrecho Windows Xp. Son muchos los que tienen que aguantar el dichoso mensajito, al inicio de sus equipos, informándoles de lo que ellos bien saben y de lo que no tienen ningún tipo de remordimiento: que su copia de Windows no es genuina. Y encima, el bueno de Bill alardea, públicamente y en nuestras sobremesas, de su burda obra en el mundo del plagio.

Lo vuelvo a repetir. Es indignante. Métase su Windows Vista y su Internet Explorer para ignorantes por donde le quepa. Yo me quedo con el tigre (y, muy pronto, con el leopardo). Antes de utilizar su navegador, abro Safari... que, a pesar de su poca trascendencia, no se yo qué decirle...

domingo, enero 28, 2007

Analizando Apocalypto

Hace algunos días, tuve la oportunidad de ver Apocalypto, la última película del controvertido actor/director Mel Gibson. Aunque no niego que -como a muchas otras personas- me gustó Braveheart, ninguna de sus películas posteriores me han llegado a convencer. Muchos son los que dicen que Gibson ha creado un nuevo estilo de cine, un formato basado en un realismo explícito que a muchos les agrada bastante. Personalmente, me parece una idea muy innovadora el hecho de que los actores de sus películas hablen en el idioma que históricamente les correspondería. No obstante, con el tema de la dureza y la violencia que esgrimen sus películas, no estoy demasiado conforme.

Apocalypto está en la línea de la Pasión de Cristo. Sus protagonistas, con marcados rasgos indígenas, hablan íntegramente en maya yucateco. Asimismo, la supuesta violencia de la civilización se muestra con gran crudeza. En una cultura donde no proliferaban los cuchillos, era el garrote lo que más se estilaba. Así que sangre, no se puede decir que no haya. De hecho, parece ser que, durante el rodaje, Gibson no paraba de gritar "¡Sangre! ¡Más sangre!".

Desde mi punto de vista, reflexionar sobre sus dos últimas películas es hacerlo sobre la gran mentira que el director nos quiere vender. Para un público ignorante y mayoritariamente estadounidense, este último filme podría llegar a ser un testimonio fiel y casi históricamente plausible de la cultura maya. Para otros -la gente que sabe de qué pie cojea Gibson y los hijos de los antiguos mayas- un insulto brutal.

El maya yucatano, actualmente, es hablado por un gran número de personas en la península del Yucatán. Entre estos descendientes mayas, son muchos los que se consideran bilingües, hablando a la perfección tanto la antigua lengua como el español. A pesar de todo ello, el director de la película-quizás-más-conocida sobre esta civilización precolombina, ha escogido sólo a integrantes de la comunidad maya para papeles menores, siendo los actores principales o mexicanos o nativos americanos. A la pregunta de por qué escatimar la participacíon los descendientes de los verdaderos mayas en su película, parece ser que Gibson contestó que escogió el elenco acorde con la idea que cualquier persona tiene sobre el aspecto de un maya. De hecho, el atractivo protagonista del filme es Rudy Youngblood, un nativo americano comanche, con poca trayectoria en la interpretación. En fin, los americanos y sus estereotipos.

Del mismo modo, es totalmente ridículo la increíble importancia que se le otorga al concepto de familia. Tal como un Mariano Rajoy a lo indígena, el protagonista no se mueve, durante todo el filme, por la preciosa estima a la vida, sino por amor a su mujer y sus hijos. Me cuesta mucho pensar que este tipo de ideas se encuentren tan desarrolladas en esa civilización, cuando, hasta hace relativamente poco, los vástagos constituían una mera ayuda a la supervivencia.

Aunque la película empieza bien y, en algunos momentos es sobrecogedora, la última media hora llega a ser decepcionante. Se podría decir, que asistimos a una versión indígena de otra película de Mel: El patriota. Si esta os pareción tan absurda y ridícula como a mí, ya sabéis lo que os espera. Sin embargo, nada comparado con los últimos minutos de la película. ¡Sorprendentes! Yo diría, que hasta históricamente incorrectos.

Como decía anteriormente, la película de Gibson ha puesto en pie de guerra a toda la comunidad maya. Protagonistas diariamente de la exclusión social, se ven representados en la gran pantalla por actores que si bien indígenas, no son parte de ellos. Asimismo, su ancestral cultura se muestra íntegramente por su violencia, mientras que no se alude a los aspectos que sí han hecho célebre a dicho pueblo: su extraordinario avance cultural. Para más inri, a pesar de las lacras que trajo consigo la conquista, el filme nos intenta mostrar a la sociedad maya como decadente y predispuesta al final, y nos presenta su salvaciónen la imagen de los conquistadores españoles. Deprimente. Sinceramente, creo que no soy la única que, viendo el filme, deseo ver la cabeza del bueno de Mel cayendo por la interminable escalera del maravillo templo maya.

miércoles, diciembre 27, 2006

Iker Jiménez: Lo peor.

En esta vida existen dos clases de personas: la gente normal y aquellos que se creen, a pies juntillas, lo que, desde su nave del misterio, dice Iker Jiménez cada semana. En la "cultura basura", han existido numerosos personajes y programas expertos en lo oculto, que, a saber,engloba a todo tipo de fantasmas, casas embrujadas, ovnis y al tema más de moda actualmente entre los mortales: los enigmas de la historia.

Sin embargo, nunca ha existido programa más penoso que Milenio 3 (o sus secuelas) ni personaje más cutre que Don Iker Jiménez. O es que las noticias "para-anormales" están de capa caída o es que el presentador es más inocente que un bebé. No todos los programas de este formato son tan estúpidos. Sin ir más lejos, existe un programa muy curioso (originario de Radio Televisión Benalmadena, oiga usted) que algunos tendrán el privilegio de ver en su cadena local favorita. Posiblemente sea el programa más freak y underground del planeta. Lo reconocerán por el inconfundible extraterrestre que corona la mesa de debate. Su presentador Luis Mariano Fernández. Su nombre: "Mis enigmas favoritos". Con un presupuesto que ronda el inframundo, los asuntos, que en dicho espacio se tratan, son formulados, con tal seriedad, que terminan, muchas veces, haciéndote dudar y haciéndote creer algunas de sus tesis. En cambio, Cuarto Milenio es como ir al cine: Te pongan lo que te pongan, no te lo vas a creer. Aunque cuenta con reportajes muy currados y plagados de "recreaciones de los hechos", son los temas, TAN ESTÚPIDOS que es imposible llegar a pensar, por un momento, que lo que estás viendo puede llegar a ser cierto.

Sin duda, lo que más gracia me hace es la sección donde la gente manda fotos "extrañas". Se ve que la audiencia, con toda la cara del mundo y consciente del nivel de inteligencia del investigador para-anormal que presenta el programa, envía fotomontajes cutrísimos (Photoshop puro y duro) que hasta mi hermano pequeño se daría cuenta del tongo. Pues nada, el bueno de Iker, cada semana, pone a prueba nuestras mandíbulas con las fotos más inverosímiles y poco serias que se puedan imaginar. Menudo papelón que hace la titi que aparece con él en dicha sección: "Nuestros expertos fotográficos nos comentan que se trata de una composición por ordenador" (¡manda cojones!).

Pero lo peor estaba aún por ver.

El pasado día de Navidad, la cadena televisiva más progre - Cuatro - emitía el documental que, posiblemente, sea el más parcial y sesgado de la historia de este tipo de formatos: Éxodo. Dirigido por James Cameron (Titanic) y con una inmejorable factura, es la mayor sarta de elucubraciones estúpidas que he podido ver en mi vida. Se trata de un "análisis científico" sobre una de las partes de la novela más vendida del mundo: La Biblia. Según los creadores de tan certero documento audiovisual, es demostrable, científicamente hablando, la existencia del Éxodo. No me pregunten cómo pero no sólo demuestran las increíble plagas de langostas y las tormentas de hielo y fuego, sino que explican científicamente el teñimiento del Nilo, la muerte de los inocentes, ¡y la apertura del Mar Rojo al paso de Moisés! De película.

¿Y quien presentaba tan conmovedor documental? Nuestro Iker Jiménez, que, posteriormente, desde su nave del misterio, acompañado de un variopinto elenco (incluido un sacerdote pedante), debatió la veracidad de dicho documento. No se cómo, pero hasta el cura estaba en desacuerdo con el dichoso documental, siendo - desgraciadamente - el único que ponía un poco de cordura en el asunto: "son sólo metáforas", decía el buen hombre ante los curtidos hombres del tema para-anormal con los que se le había sentado.

En fin, esperemos que a la nave del misterio le dé por explorar planetas recónditos y que nos deje a nosotros en paz de una vez.
  • Nota: ¡Cuidado con la cara del colega en la fotico!

jueves, diciembre 21, 2006

Antonio Banderas: Andaluz de pura cepa

Cada vez me cae peor Antonio Banderas y, lamentablemente, cada vez es más difícil admitirlo abiertamente en este país en el que se endiosa a cualquiera que pise una alfombra roja. Nuestro Antoniu, representa todo lo que el españolito medio desea. Es guapo, rico, tiene una mujer rubia que pertenece al celuloide (su madre es Tippi Hedren, ¡por dios!) y, posiblemente, posee el mejor trasero de todo Hollywood y alrededores. Consagrado paradigma de lo mediterráneo, nuestro actor más internacional nos fustiga constantemente con sus anuncios de patatas fritas y, en las Navidades, con su colonia, que me pregunto yo que si será la misma que él usa habitualmente (¡que ilusa!).

A cambio, nuestro Antonio nos regala su presencia y el glamour que le rodea. Por ello, se deja ver de cuando en cuando en las celebraciones más importantes del país: pregonero de lujo en una importante fiesta, sitio asegurado debajo de su Cristo más loado,... Si tenemos suerte, cuando finalice su corta pero intensa estancia, nuestro actor nos lanzará una de sus mejores sonrisas prometiendo pasarse de nuevo por la piel de toro "cuando su apretada agenda se lo permita". Posiblemente, si está hablador o el reportero le cae bien, nos comentará sus próximos proyectos intercalando en su marcado acento malagueño palabras en un inglés super cool y glamuroso. En cambio, la mayor parte de las veces, nuestro Antonio se mostrará esquivo y a la defensiva, criticando el exceso de cariño de su añorado país, que no le deja vivir.

Sin embargo, haga lo que haga, Banderas siempre caerá bien. Le cae bien a tu padre, a tu madre, a tu hermano pequeño, a tu pareja, a tu amigo gay y a tu abuela. A diferencia del caso de Penélope Cruz (alias "Pe"), nuestro actor, realice los bodrios que realice, siempre será un magnífico actor. En cambio, la madrileña, es constantemente criticada - y no sin razón - por la calidad de sus películas. Sin embargo, todavía no he visto a "Pe" haciendo una película de las ridículas características de Spy Kids.

Lo que más me incordia de Antonio Banderas es su extraña obsesión con su ciudad: Málaga. Aunque nos consta que el actor realiza veladas en su casa de Vete-tu-a-saber Beach para presentar Andalucía al resto del planeta, a la hora de la verdad, con sus iniciativas personales, el actor sólo vive para levantar y ayudar a su ciudad natal. Y digo yo, ¿sabrán esos exclusivos invitados de sus fiestas que ese jamón tan jugoso que degustan es de Jabugo, que está en Huelva, y que ese maravillo aceite es jienense? ¿conocerán que esa fortaleza mora que contemplan es la Alhambra y está en Granada y que esa maravillosa y extensa playa es de Cádiz?.

Sinceramente, no lo sé ya que los comportamientos del actor son bastante contradictorios. No sólo, cuando viene a España no sale de Málaga, sino que solo invierte en ella y en sus gentes. Un ejemplo magnífico es su nueva película, El Camino de los ingleses, de la que dicen que no es muy buena. En ella, no sólo la trama se desarrolla en dicha ciudad sino que se inspira en una obra de un autor malagueño, siendo gran parte del elenco de esta población. Poco importa que tengas que disponer de actores tan patéticos como Fran Perea (¿o debería decir cantante?), si es malagueño bueno es - debe ser la filosofía del director/actor/cantante Antonio Banderas -. Asimismo, el que, en su día, en una gala de los Oscars, malograra una bonita canción de Jorge Drexler, ha creado una fundación (o algo por el estilo) en Málaga (como no) para promover el cine andaluz, que digo yo que, con la dinámica que está tomando el asunto, será para el cine malagueño.

No me tachen de fascista y antimalagueña (aunque sea difícil que esas dos palabras aparezcan juntas). Entiendo que cada uno se gaste el dinero en lo que le de la gana y en donde le de la gana, pero, por favor, un poquito de respeto. Que nosotros, los andaluces, no necesitamos que nadie nos venda en América, y menos que lo haga un mequetrefe con aires de tango que luego se olvida de su noble causa para darle el parné a los que a él le parezca. Que invierta en su ciudad, yo haría lo mismo. Pero entonces yo no diría SOY ANDALUZ, sino MALAGUEÑO, dejando atrás hipocresías y tontunas. A no ser que le interese eso de llevarse bien con la Junta de Andalucía, para conseguir favores que ahora no vienen al caso ni me importan.

De esta manera, si es usted productor de hollywood le insto desde mi humilde espacio a que no vaya a ninguna fiesta que los Banderas den en su casa. Según me han soplado, el propio Tom Cruise, antes de escribir la esperpéntica Mision Imposible 2, estuvo en una de estas veladas y fijése en el resultado: Procesiones, falleras y fallas, todo al mismo tiempo. ¡Es que manda cojones!.

Les dejo con este video de Antonio Banderas, que a muchos le producirá cierta nostalgia.