martes, mayo 01, 2007

La fuerza del destino

Siempre he pensado que cuando Nacho Cano compuso "La fuerza del destino" se inspiró en su relación con Penélope Cruz. No puedo precisar en qué se basa tal razonamiento solo sé que, cuando escucho los primeros acordes de tan mítico tema, irracionalmente, pienso en ellos dos y en la pareja que un día formaron. Inevitablemente, me la imagino a ella, con su look recién salido de "La quinta marcha", en los aparcamientos de un bar atestado de luces de neón, contestándole a un colgadete Nacho Cano, que tenía diecinueve. Supongo que ya por entonces la chica apuntaba maneras.

Por lo que a mí respecta, "La fuerza del destino" es la típica canción que te recuerda a todo y a nada en concreto. Si tuviera que precisar, la conectaría directamente con mi infancia, al antiguo Ford Escort de mi padre y al tocadiscos de casa... La asociaría eternamente a aquellos cientos de loros tropicales y aquel disco inolvidable llamado "Descanso Dominical". "La fuerza del destino" me hace trasladarme a aquel alegre colegio de monjas, donde pasé mis primeros años de vida, que linda con el sevillano Palacio de Dueñas (lugar de nacimiento del gran Antonio Machado y residencia de la actual Duquesa de Alba). Me veo a mí, muy pequeñita, cubierta con el acartonado uniforme, repeinada en exceso y con algún diente menos en la boca. Eran los años en los que las preocupaciones se limitaban a no querer engullir un plato de lentejas o en adquirir a toda costa el último accesorio del muñeco de moda. En los maravillosos recreos coronados por ese sol brillante y hermoso que parece que ya no existe, nos disponíamos en parejas y nos lanzábamos a bailar los temas que más nos llenaban el disipado intelecto. "La Fuerza del Destino" era uno de ellos y nos recogijábamos interpretando, con meridiana exactitud, sus característicos "ah-ah".

Escuchando esta mítica canción, es fácil para mí recordar a las cientos de personas que pasaron por mi vida, que fueron, en cierto sentido, importantes en ella y que forman hoy parte de la masa enorme y amorfa que conforman los desconocidos. Me acuerdo de todas esas niñas, totalmente asexuadas, que conocí siendo "personitas" y que ahora serán mujeres, espero que hechas y derechas. Pero sobre todo me acuerdo de ella, de mi inseparable amiga, de los buenos momentos, en nuestra relación casi fraternal y única. Hace algunos días, introduje su nombre entrecomillado en el Google; aparecía en un comunicado del ayuntamiento, poco más. Como bonito homenaje, introduzco tu nombre en mi blog, por todo lo que vivimos juntas, por todos mis recuerdos.

Ahora, cuando te busque alguien encontrará más referencias sobre tí que una triste lista municipal. Aunque problablemente no tengamos nada en común ya... Inmaculada Rodríguez Villa, con domicilio en Sevilla, en Cardenal Cervantes, cerca de la Pila 'el Pato y con cumpleaños en abril:

¡Todavía te recuerda la autora de este blogMuchos besos!



2 comentarios:

Mariaje dijo...

A mi también me gustaba Mecano.
Por cierto, me gusta tu reproductor de Radio-blog,por lo que lo tomo prestado y lo inaguro en mi blog con una canción de Nat king Cole.
Desde que se desconfiguró Goear, es casi imposible poner música.
Saludos.

carme dijo...

es curioso como una canción te puede trasladar con detalles tan preciosos en el tiempo. A mi la fuerza del destino me pone melancolíca... será xq cualquier tiempo pasado nos parece mejor!.
Tendreis que enseñarme como se hace esto del radioblog xq me parece una idea genial!
un saludo!
i moltes felicitats per la felicitada!