miércoles, junio 13, 2007

Sin ti no puedo

¡Me equivoqué en el test! Es probable que el bastoncillo para los oídos sea uno de los inventos que más satisfacción aportan a mi vida, sin embargo, después de una ardua reflexión, he llegado a la conclusión de que el mejor invento de la historia es el Espidifen. ¿Que qué es? ¡Pero por favor! ¿Es posible que alguien no sepa qué es? Espidifen es un analgésico indicado para las cefaleas, los dolores dentales y la dismenorrea. En definitiva, los dolores que, estando más o menos sana, pueden llegar a fastidiarte en mayor medida.

Desde que era bastante pequeñita sufro de cefaleas de desconocida causa. Muchas veces pienso que surgen por el estrés, otras porque me sienta mal la comida y otras por que adopto una mala postura si ocasionalmente termino durmiéndome en el sofá tras almorzar. Durante mi largo periplo de dolores de cabeza, he probado con todo lo que ha caído en mis manos: Panadol, Efenargal, Dolotil, Neubrofen, Dolagial, Aspirina... Nada hacía ningún efecto en mí.

Entonces, milagrosamente, me eché mi primer novio formal y me contagió (¿o quizás lo pillé en un botellón?) una enfermedad llamada mononucleosis que también es conocida como la enfermadad del beso. Se me hincharon tanto las amigdalas que apenas podía mover el cuello y mi cara se convirtió en la mascara ficticia que llevaba Arnold Schwarzenegger en Desafío Total para pasar el control aduanero. Tras el diagnóstico, mi médico me recetó Espidifen, ya que es mano de santo en cuestiones inflamatorias, y el flechazo, felizmente, se produjo. Desde aquel día somos inseparables.

No obstante, muchas veces me da por pensar que no puede ser bueno algo tan eficaz. Me resulta imposible interiorizar que un medicamento consiga quitar, en menos de 5 minutos, el sufrimiento que he llevado a cuestas durante años. Algunas veces, en el punto álgido de mi neurosis, me da por pensar que es tóxico y que, quizás, algún día, desaparezca a raíz de que la Guardia Civil descubra y desmantele el chiringuito clandestino donde se fabrica, sin duda, junto con alguna droga de diseño. Es simplemente una paranoia, sin embargo, si eso ocurriera, muchas personas (entre ellas Jesulín de Ubrique, acérrimo defensor del invento) nos querremos morir y llamaremos, totalmente derrotados de dolor, a los programas de la tele y de la radio, pidiéndole al presidente de turno que vuelva a dar vía libre a tan magnífico liberador-de-sufrimiento.

Algunos, como mi madre, dicen que, en mi relación con el Espidifen, debe actuar algún tipo de condicionamiento psíquico. Algo así como el supuesto medicamento que se distribuía en Córdoba para paliar los efectos de la quimioterapia y que era simplemente un placebo. Si bien no causaba ningún efecto nocivo en el organismo, tampoco afectaba positivamente. Era un engañabobos, un placebo, un timo... En cambio, la gente copaba las centralitas de los programas de radio más importantes del país pidiendo, suplicando, que se volviera a vender el fármaco desaparecido, según parece, único remedio para aliviar el dolor de muchos.

El tema de los medicamentos, en definitiva, es arduo. Si bien algunos son eficaces, todos repercuten de manera negativa en el organismo. Lo que te quita el dolor, te fastidia el estómago. Lo que te ayuda a contraconcebir, te dificulta la circulación de la sangre. Posiblemente, el dolor sea a lo que la mayoría de la gente más tememos y los medicamentos a los que más recurrimos son, sin duda, los que nos lo alivian. Bien es cierto que no conviene abusar sin embargo, la diosa nos libre de no tener que vernos sin ellos. Por ello... ¡Larga vida al Espidifen! ¡Viva!

12 comentarios:

Ivers0n dijo...

Aqui estamos again!

Me has recordado a la madre del protagonista de Trainspotting que es “a su modo casero y socialmente aceptado, una drogadicta”.
Que gran película, una de mis favoritas.

Yo por suerte no suelo sufrir muchos dolores de cabeza (basta decirlo para que aparezcan) y, como tú, temo bastante abusar de algún medicamento, prefiero pasar de ellos, aunque reconozco que he tenido mis temporadas de adicción al Ibuprofeno para las agujetas...

(He contestado a tu comentario en mi blog..) :P

Tony Astonish dijo...

Pues yo no he utilizado nunca el Espidifen y espero que no tenga que recurrir nunca a él...

Es curioso lo que comentas porque siempre he pensado que los medicamentos, o al menos los más ligeros, sí que tienen un efecto psíquico que nos "convence" para ponernos bien...

A mí me pasa con la "Couldina" o la "Lizipaina"... Son medicamentos que siempre he utilizado para los resfriados y el catarro y son "mano de santo"... Pero yo creo que más bien me ayudan porque es algo psicológico sobre mí...

Quizás algún día descubramos las verdades de los medicamentos, que también son un gran negocio...

Besos.

La Escapista dijo...

Jaja,

Pero bueno Tony... ¿No te habrás creido realmente que Espidifen es tóxico? Es un ibuprofeno como otro cualquiera, y no excesivamente fuerte (400-600 mg)! Además es eficaz, yo te lo recomiendo!

Vamos y los medicamentos tipo couldina o frenadol... esos si que son auténticos cocktel molotov!

Besos!

Tony Astonish dijo...

Escapista, no me lo había creido pero todo puede ser... ¡¡vete a saber si cualquier día de estos descubren algo así!!...

A mí los medicamentos tipo frenadol no me parecen cockteles molotovs... Eso sí te dejan KO...

Besos.

Anónimo dijo...

La verdad es yo opino que los medicamentos, cuanto más lejos, mejor. Soy de ese sector social que opina que si te automedicas con el menor síntoma, el día que te duela de verdad, estarás tan acostumbrado al medicamennto, que no te hará ningún efecto. Por lo que yo sólo me medico cuando el médico me receta: y para que yo haya ido al médico tengo que estar mal, pero que muy mal! Los médicos, como los medicamentos: mu lejos!

Milcuentos dijo...

Bueno, me he reido un rato con el "asunto espidifén". Me ha recordado las muchas veces que me ha solucionado el día a pesar de su mal sabor (en sobres). Del espidifén me pasé al saetil, a ver si era más "tragable" y no, no lo es, sabe igual de mal. Por fin descubrí el Neobrufén con ligerillo sabor a naranja (al menos me lo puedo tragar sin mayores problemas).
Co respecto a "los medicamentos, cuanto más lejos, mejor" pues vale si no te duele nada, pero si tienes jaquecas "inmovilizantes" lo mejor es tenerlos bien cerca.

Un abrazo

Milcuentos dijo...

Por cierto, todos esos medicamentos son el mismo (ibuprofeno de distinta marca), no sea que penséis que soy medicamentoadicta ;)

joerace dijo...

Yo reconozco que a veces me paso con el ibuprofeno. Cuando tengo las piernas muy doloridas por haberme pasado con los entrenamientos o cuando un maldito dolor de cabeza no me deja ni pensar (no ocurre a menudo, pero ocasionalmente ocurre), tiro de ibuprofeno casi sin pensarlo. Pero, para lo demás, prefiero curar un catarro a base de la nunca suficientemente alabada "leche con miel bien calentita" y cosas por el estilo, cama, descanso...Además, que narices, es la excusa perfecta para llamar al trabajo y quedarte un día en cama. Cerrar los ojos y dormir más de lo normal suele arreglar el 99% de los dolores :)

La Escapista dijo...

MilCuentos. Gracias por la visita!

Realmente yo opino como tú. Supongo que a nadie le gusta medicarse porque sí. Aunque hay medicamentos que generan dependencia, afortunadamente el ibuprofeno no es uno de ellos (aunque, quién sabe, cada persona es un mundo). No comprendo a las personas que prefieren soportar el dolor por no medicarse. Es decir, no es cuestión de que todos los días te "pimples" un sobrecín de Espidifén! Todo en su justa medida... Pero desde luego, si algo te duele... hay que actuar. Como en los anuncios, un dolor de cabeza no tiene por qué amargarte el día o paralizarte.

Arriba el Espidifén!!

:) Besos

Milcuentos dijo...

Gracias a tí por posibilitar estos momentos de "escape".
Un saludo

Ray Rudilla dijo...

¡Oh aspirina!, que sería de mi sin ella. Tengo, ya menos que antes, cefaleas desde tiempo inmemorial.
He probado de todo pero solo la aspirina, esa de toda la vida, es la única que para mis migrañas. Tras muchos años autoestudiandome, descubrí el causante de mis jaquecas, no era otro que el chocolate. Cada vez que lo comía ¡zas!, dolor de cabeza en toda regla. ¡¡Leches!! ¿no podían haber sido las acelgas?
¡Viva la aspirina y el chocolate bajo en calorías y cacao descacainado (todo esto por no decir light)!.
Buen blog.
Saludos

Anónimo dijo...

¡Me ha encantado leer este blog! La verdad es que conoci a Espidifen (espidi para los amigos) hace ya algunos años, y nos hemos vuelto inseparables. Yo pensaba que era como todos, aunque en el fondo sabia que no era asi. A mi me funcionaba mas rapido que cualquier otro Ibuprofeno, y mucho mas eficaz. UN BUEN DIA DIA, me desvelaron el secreto. Al parecer llevo algo mas que ibuprofeno, lleva arginina, que consigue mayor rapidez al pasar a sangre, como 3 veces mas que los demas, y mayor concentracion. Ademas, para colmo, es incluso mas seguro (aunque la pega de los ibuprofenos es que pueden hacer pupa al estomago). En fin, LARGA VIDA A ESPIDIFEN!