domingo, junio 10, 2007

El mundo de Peters

Desgraciadamente, y aunque nos pese, en esta vida, todo es política. Nuestras existencias no están regidas ni por dios, ni por la luna, ni por los ciclos naturales del planeta; somos, en manos de los grandes mandamases del mundo, simples juguetes expuestos directamente a las consecuencias de cualquiera de las decisiones que quieran tomar. Asimismo, estamos sometidos a un brutal imperialismo cultural que es tan sutil y, a la vez, tan resistente como la tela de una araña. Los medios de comunicación, a lo largo del planeta, nos dan cada día una clase magistral sobre los modos de vida de la primera potencia mundial: conocemos al dedillo cada una de sus festividades, sus presidentes, sus formas de divertirse, sus estados y hasta podemos entonar, si demasiada dificultad, su idolatrado "oh say can you see...". Asimismo, pero en menor medida, conocemos los devenires de los países que se sitúan en la élite del capitalismo mundial. Sabemos qué monumentos nos podemos encontrar en París y tenemos constancia de muchos de los mercadillos que se suceden en la ciudad de Londres pero, en cambio, ¿sabemos cuál es el mayor monumento de Somalia o podríamos tararear el himno de Kenia?

La respuesta es no y, aunque nos cueste creerlo, este fenómeno no depende tanto de nuestra ingnorancia o de la falta de recursos de los mencionados países para darse a conocer, como del imperialismo cultural. Mientras que keniatas, somalíes y españoles podemos enumerar, fácilmente, muchos de los edificios más emblemáticos de Nueva York, los chavales estadounidenses todavía piensan que España es un apéndice de México. Y aunque la ignorancia del pueblo norteamericano nos haga menos gracia que chupar un clavo, la culpa no es enteramente de los anglosajones, sino de los discriminados flujos de comunicación entre paises. Pongamos un ejemplo: Estados Unidos vende su cultura (películas, revistas, modelos, moda...) a La India, debido, en parte, a su superioridad económica y a su desarrollo en cuestiones comunicativas. En cambio, las miles de películas que se llevan a cabo en La India no llegan, ni por asomo, a las pantallas norteamericanas y, mucho menos, a las españolas (no digamos ya a las keniatas o somalíes).

Aunque, a simple vista, parezca una tonteria, no lo es, en absoluto. Quizás, para nosotros -los españoles- el imperialismo cultural al que estamos sometidos no nos repercuta (aparentemente) más que en tener que tragarnos Halloween una vez al año o en añadir varias calorías de más a nuestra equilibrada dieta mediterránea. Sin embargo, para los paises subdesarrollados donde, mayoritariamente, la cultura norteamericana causa furor, el impacto es verdaderamente brutal. Imaginemos por un momento a un somalí -que posiblemente viva al mes con lo que nosotros nos gastamos en un café- viendo en una televisión (por que eso sí, la televisión y la cocacola llegan a todas partes) una serie estadounidense donde todo el mundo tiene dinero, vive en una casa fabulosa y no le falta ninguna de sus comidas diarias. Sin duda, la visión del éxito que puede tener este individuo en su cabeza está, desgraciadamente, tan lejos de su alcance que este tipo de visionados solo puede causar frustración y más subdesarrollo. Asimismo, ni que decir tiene lo que puede suponer tremendo bombardeo mediático yanki para la cultura autóctona del propio país.


Nos guste o no, estamos tan mediatizados que, a día de hoy, no nos podemos fiar ni de los mapas. Cuando nos viene a la mente la imagen del mundo, representada en un plano, solemos encontrar esto:

Se trata de la proyección de Mercator: la representación plana del mundo que se encuentra más extendida. Parece ser que eso de representar los territorios de la tierra en un trozo de papel no es tan fácil como inicialmente parece. El problema reside en que la tierra es redonda (achatada por los polos), lo que propicia muchísimas complicaciones a la hora de estimar las extensiones de los continentes. Cierto día del siglo pasado, un tal Arno Peters revolucionó el aparentemente aburrido sector de los cartógrafos aludiendo a las inexactitudes que se encontraban en la proyección de Mercator. Además, creó un planisferio alternativo más afín a las medidas originales de cada continente. Hizo algo así:

Diferente ¿eh?. Peters se basaba en varios aspectos:
  • Groenlandia vs China: En la proyección de Mercator parece que el tamaño de ambos territorios tienen un tamaño parecido. No obstante, China es 4 veces mayor que Groenlandia.

  • Groenlandia vs África: En la proyección de Mercator parece que África es semejante en tamaño a Groenlandia. Otro nuevo error ya que África es 14 veces mayor que Groenlandia.

  • Europa vs Sudamérica: En la proyección de Mercator parece que nuestro continente es igual (o incluso mayor) que Sudamérica, cuando Europa mide casi la mitad de Sudamérica.
Estos ejemplos confluyen en la idea fundamental del proyecto: las discrepancias entre norte y sur. En la proyección de Mercator parece que el tamaño de los territorios del hemisferio sur es menor que el de los territorios del norte. Es decir, parece que existe mayor concentración de tierra en el hemisferio norte que en el sur. Según Peter, no sólo se incurre en un error pensando de esta manera sino que se le hace un flaco favor a los paises en desarrollo, haciendolos parecer más pequeños de lo que realmente son ya que, los territorios del sur ocupan casi el doble que los territorios del norte.

¿Forma todo esto parte de un error de cálculo o tiene algún tipo de intencionalidad? Parece que no es descabellado pensar lo segundo. Cuando Mercator creo su planisferio allá por el siglo XVI, sus cálculos se derivaban de la percepción del mundo tomada mediante la navegación. A medida que nos alejamos del ecuador, los territorios se van desvirtuando, pareciendo, los territorios más próximos a los polos, mayores de lo que realmente son. Por aquel entonces, Europa era el centro del mundo y el hemisferio norte, la cuna del mundo civilizado, por lo que la percepción de este hemisferio norte, política y estratégicamente ,tenía más importancia en la representación del mundo. Los pocos cambios que se han producido desde entonces en el desarrollo de los países del hemisferio sur, han propiciado que esta visión tan desfasada del mundo esté todavía vigente. No es oro todo lo que reluce.

7 comentarios:

Tony Astonish dijo...

Te felicito por el artículo, Escapista... Es una buena forma de darnos otra visión distinta del mundo... Me ha encantado leer de nuevo...

En cuanto a lo que dices de los medios de comunicación, cada vez creo que nos estamos volviendo cada vez más mediáticos... Hacemos caso a todo lo que nos cuentan los medios de comunicación... Y es cierto, TODO está movido por la política...

En cuanto a los mapas del mundo, también en el de Peters Africa es muchísimo más grande que E.E.U.U., ¿por qué querrán seguir queriendo el de Mercator? ;)

Besos.

joerace dijo...

Resulta irónico que yo haya tenido conciencia de la existencia de diferentes representaciones del mapa mundial en un episodio de El Ala Oeste de la Casa Blanca, en el que aparecía por ejemplo el mapa que todos conocemos pero al revés. realmente, si miras la tierra desde el espacio, el norte y el sur no existen, es una idea que necesitamos, como el tiempo, para poder posicionarnos de alguna manera.
Por supuesto que estamos invadidos por una publicidad "del imperio", pero no deja de ser cierto que esto ocurre, aunque de manera menos evidente, dentro de cualquier pais del espectro occidental, en mayor o menor medida. Noruega, Dinamarca o Finlandia contra Grecia, España o Portugal.
En cualquier caso, hace dos mil años todo el mundo conocido se sabía de memoria los dioses romanos, sus estatuas, sus monumentos, sus construcciones y sus Césares y Calígulas. Y, dentro de muy poco tiempo, nos sabremos de memoria la historia de china, sus monumentos y sus hazañas. Y , si no, al tiempo :)
Un saludito.

Anónimo dijo...

Yo flipo.... No se, me he qedado sin palabras.... realmente Escapista mia... no te has planteado publicar un libro con estos articulos??? Porque son la bomba!!!!

soy Fan!!!!

Reparito 2.07

Iñaki dijo...

Escapista, el tema de las proyecciones de los mapas no se debe a ningun error de cálculo, y si bien es intencionado, no es por hacer de menos a los continentes pobres (Africa y Sudamérica). De hecho, no se engaña a nadie, porque el ecuador se ve claramente que no está situado en la mitad del mapa sino mucho más abajo.

En esta proyección cilíndrica de Mercator algo de egoismo sí hay, pues se usó precisamente porque daba más 'espacio' a Europa (la potencia de aquel entonces) y al hemisferio norte en general, que es donde se encuentra realmente la mayor población y la mayor parte de la tierra emergia, para que en lo mapas cupieran mejor los nombres de paises, capitales, ciudades, etc.

Iñaki dijo...

Por cierto, tengo que discrepar con joerace respecto a lo del 'norte' ficticio. Efectivamente, la tierra está suspendida en el Espacio, lo que hace un poco relativo el Arriba y el Abajo (aunque generalmente entendemos abajo como el foco de atracción de la gravedad en el centro de la tierra, y arriba lo opuesto).
En el caso del Norte, está definido por el campo magnético de la Tierra, que es un hecho demostrable y se viene usando con brúkulas rudimentarias desde hace siglos.
Aunque, efectivamente, podríamos haber tomado ese punto de orientación como 'sur' y pintarlo todo al reves. Pero vamos, que el 'norte', como punto de orietación, existe.

La Escapista dijo...

Veamos, si no es un error de cálculo por que, hasta hace algunos días, pensábamos que África, en cuanto a territorios, no tiene nada que envidiarle a Groenlandia? Según lo que he leido, el tal Mercator hizo su proyección aproximadamente en el siglo xvi. Su estimación se basó en cartas de navegación y poco más. Si aplanas una esfera, se produce el efecto que comenta Peters: que los territorios que se encuentran más próximo a los polos sufren una modificación en sus proporciones. Parecen más grandes de lo que son.

Si parece que lo contrario, no es mi intención dar a entender que en el siglo XVI se hizo una conspiración-judeo-masónica para que el dichoso planisferio diera a entender que el hemisferio norte era, en cuestión territorial, más importante que el sur. Sin embargo, el hecho es que la visión del mundo que tenemos es esa: que el norte es más grande que el sur... y es totalmente falso. Y, aunque parezca una tontería, creo que seguir manteniendo esta visión parcial de nuestro planeta es totalmente anti-todo. Y joder, por qué siempre salen perdiendo los mismos?


+Reparito y Tony!

Gracias por las felicitaciones! Pronto Puntos de Fuga cumple su primer añito. Igual ideo algo interesante para este aniversario!

Saludines!!!

Ray Rudilla dijo...

Muy interesante e instructivo.
Felicidades