miércoles, noviembre 29, 2006

Mercedes Milá, ¿perdiendo los papeles?

Me consta que, en muchos foros de internet, se pone a parir a la gran Mercedes Milá por su comportamiento en la entrevista que le realizará a Javier, uno de los últimos expulsados de la casa de Gran Hermano. Muchos se llevan las manos a la cabeza porque, según éstos, Mercedes Milá debe ser imparcial, debido a su condición de periodista. No es mi intención dedicar varias horas de mi vida a explicar en qué consiste la imparcialidad y la objetividad; sólo diré que ambos conceptos son una entelequia. La señora Milá no podría ser imparcial en su vida por el mero hecho de ser humana y, aunque a muchos se les llene la boca hablando de honradez y objetividad, nosotros mismos - los espectadores - necesitamos que exista esa "parcialidad"... ¿o es que muchos no nos alegramos del sopapo televisivo que le dio la presentadora al matón de Guadalix?.

La señora Milá es periodista y lleva mucho tiempo ejerciendo dicha profesión. A mi entender, los grandes reporteros deben tener personalidad: es decir, no son máquinas de hacer preguntas y copiar las respuestas al instante; el periodista debe indagar en la psicología del entrevistado y sacar de él algo más que lo obvio. Del mismo modo, hay que decir que Mercedes no está en ejerciendo, en Gran Hermano, labores de periodista, ella es presentadora y conductora de un show: ¿se le exige a Jesús Vázquez la misma imparcialidad?

A mi parecer, el verdadero problema de Mercedes Milá es que está demasiado engloriada: se le ha subido la fama un poco a la cabeza. A parte de que esa obsesión -casí enfermiza- por que la gente deje de fumar, creo que ha perdido un poco el norte. A mi modo de ver está como una regadera porque ¿es normal, que con tantos años de profesión, se enfrente de esa manera tan brutal a un personajillo como el tal Javier? ¿qué necesidad tiene Mercedes Milá de caer tan bajo?. Otra cosa es que la mujer tuviera razón, porque la tenía. Muchas mujeres nos hemos sentido heridas por la manera de comportarse del concursante y sus tácticas poco "elegantes". Sin embargo, en público, Mercedes no debería haber caído en el juego soez del concursante.

No obstante me agradó ver "acojonado" a tremendo "machito". Un aplauso!!

Estas rarezas que vienen de la mano de Mercedes Milá no pertenecen sólo a este año y al contexto actual de la casa de Guadalix. Ya en la anterior edición, resultaba bastante deplorable el comportamiento de la susodicha al proclamarse defensora a ultranza de "el galán de las maduritas": Pepe. Resultaba grotesco como se cebaba con los integrantes del bando contrario al casanova y como adulaba a los amigos de éste.

En esta historia, lel secreto reside en tomárselo con filosofía. Algo tiene que estar pasando con las audiencias, ya que, desde hace dos años, al programa se le está viendo bastante el plumero. El que "supuestamente" los espectadores dejen en la casa a los "políticamente incorrectos" (por no decir otra cosa), no creo que sea casual. Como dije, con filosofía... que si en la casa no hay polémica, en el plató está la Milá, para que la haya.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No se que es mas triste: que Mercedes se las dé de superperiodista (cuando lo que ha hecho es presentar semejante mierda de programa y andar con rollos sensacionalistas sobre la energia nuclear), el programa gran hermano (la mayor fabrica de estupidez social desde la constitucion española) o que la gente pierda el tiempo con semejantes personajuchos...

La Escapista dijo...

La verdad es que, aunque no es santo de mi devoción, ha hecho más en la vida que presentar GH y el programa sobre la Energía Nuclear (que me pareció muy interesante, por cierto). Que haya terminado haciendo este tipo de formatos, es otro cantar, pero su experiencia como periodista es innegable.