Por poco me da un soponcio cuando me enteré que el célebre culebrón "Yo soy Bea" va a durar más que una lata de conservas en mi alacena. Recuerdo que fue en Aquí Hay Tomate donde anunciaron la funesta noticia (que digo yo que provocaría un corte de digestión a más de uno). Me lo estaba oliendo, porque, desde luego, coincidirán conmigo en que es totalmente evidente que la serie está siendo alargada premeditadamente: ¿o qué me dicen de la dichosa fusión que dura más que el míticas secuencias del pantano de Pasión de Gavilanes?.
Soporífera estaba la serie, hasta que nos volvió a enganchar con la pelea de Álvaro y de Diego de la Vega, y, todo, para que no nos cayera como un jarro de agua fría la oportunista estrategia de Telecinco: El esperado cambio de look de Ruth Nuñez (Bea, en la citada serie) se producirá en el mes de Diciembre... ¡DEL AÑO QUE VIENE!
Tras esta noticia, uno, después del evidente shock, se pregunta: ¿qué coño va a pasar para que tenga que transcurrir tanto tiempo?. Después de hacer mis cávalas, supongo que, durante este año, veremos como, mediante flirteos, el jefe de nuestra Bea intentará seducirla (¿más todavia?) para que a la heroína no le de por darle la espalda, una vez que se hace poseedora de los bienes de Bulevard 21. Amos, un coñazo.
Sin embargo, más coñazo debe ser todo esto para la pobre Ruth, que, según parece, tiene prohibido hacer apariciones públicas que revelen su verdadero aspecto. Desde luego, que vaya tela.
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