Pasó lo que deseaba que nunca llegar a ocurrir: ¡me ha tocado mi jefe en el amigo invisible! Lo presentía, pero nunca pensé que fuera yo a tener tan mala suerte. ¿Y qué le regalo yo? Desde que abrí el funesto papelito no he dejado de hacerme la misma pregunta. Mi jefe, aunque es muy agradable y no me explota demasiado, es un hombre que ha dejado hace tiempo atrás el medio siglo y digamos que "navega" en mares inexplorados por mi. Es decir, que no tengo ni repajolera idea de lo que le debo regalar. No ayuda mucho que el dinero máximo para gastarse sea ¡10 €! ¿Puede existir algo que le guste a un JEFE que valga menos de 10 €? ¿Hay algo que ronde esa cantidad, que el necesite y que no se haya podido comprar? Bien es cierto, que cuando es tan pobre la cantidad empeñada se suele recurrir al ingenio y al humor. Pero ¿quién sería capaz de comprarle un artículo de broma o erótico festivo a su jefe?
Por eso, decidí tomar una nueva estrategia: ponerme en el lugar de mi jefe y pensar, desde esa posición, qué me gustaría que me regalaran. Por lo que sé, mi jefe es un negado con la tecnología aunque lleva el portatil a todos lados y le gusta el vino, por lo que, de vez en cuando, es fácil verlo en un cata. Por lo tanto, tengo dos posibles regalos: un buen vino de 10 € - aunque él esté acostumbrado a vinos de 170 euros (nunca entenderé los enólogos) o un miniratón wireless para el portatil.
De todas formas, tengo la extraña sensación de que la cagaré.
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