Hoy hace dos años que empecé a trabajar en mi actual empresa. Supongo que, para muchos, no será un dato muy revelador e interesante. No obstante, contando con que mi vida laboral consta de tan solo dos años y medio, no es tan mal argumento. Salí de la facultad, me coloqué... y ahí sigo, al pie del cañón. Durante estos días he estado reflexionando sobre estos dos años que me han ido uniendo, diariamente, a gente totalmente desconocida. No eliges a tus padres, ni a tu familia, y, tal como están las cosas en el mercado laboral, no tienes elección en cuanto a los compañeros de trabajo con los que te toca lidiar. Un entorno laboral distendido y cordial es, sin lugar a dudas, una de las mejores cosas que puedes encontrar a lo largo de tu vida. Por mi parte, aunque mi situación tampoco es para tirar cohetes, bien es cierto, que no puedo quejare. Sin embargo, últimamente, en un aspecto concreto, me encuentro entre la espada y la pared; sola ante el peligro.
Sin lugar a dudas, los excesos derechistas me provocan la más feroz urticaria. Por eso, desde muy joven no sólo he tenido bastante claras mis ideas políticas, sino que nunca he tenido miedo a expresarlas en público. Al fin y al cabo, yo nací en el año 82. Por aquel entonces, la televisión era en color y Franco sólo se dejaba ver en los duros (afortunadamente). Siempre he estado rodeada por gentes de izquierdas, por lo que, realmente, nunca me he encontrado en la tesitura de esconder mis opiniones.
Ahora, todo ha cambiado.
Últimamente, me callo demasiado. En lo laboral, me muevo en un ambiente muy próximo a la derechona más extrema; entre descendientes de militares franquistas que combatieron contra el comunismo en las grandes guerras del siglo XX. ¿Qué puedo hacer? En circunstancias más igualitarias, con un poco de apoyo, quizás discutiría, argumentaría, intentaría replicar... no obstante, cuando tu jefe es alcaldable por el Partido Popular en un remoto pueblecito de la España profunda, lo más inteligente que puedes hacer por tu vida (y, en definitiva, por tu bolsillo) es callarte la boca y declararte apolítica.
Desde que accedí a mi actual puesto de trabajo, he tenido que negar mi interés por la vida política de este país más de una vez. Hacer oídos sordos cuando escuchaba expresiones como "la canalla marxista" o el siempre socorrido "rojos de mierda", aún cuando, en mi día a día, me relacionaba con personas muy afines a la extrema izquierda. En este tipo de tesituras, compruebas cómo de horrible es el pensamiento de un facha. Me indigna cómo se han rechazado presupuestos de empresas de las denominadas "comunidades históricas", aún siendo bastante ventajosos, por los estúpidos rencores de siempre. Me indigna cómo se critica al empleo del emigrante, argumentando que este es menos eficiente que el nativo de este país. Me indigna cómo se humilla al homosexual o se intuye la lástima en los ojos de algunos por hablar de algún tipo de opción sexual que no tiene cabida en sus cuadriculadas mentes.
¿Y qué hago yo? Agachar la cabeza.
Muchas veces pienso que se comportan así por mí, porque, aunque me callo, conocen mis ideas, porque, a pesar de todo, mis ojos son sinceros y no pueden dejar de expresar la repulsa, la indignación y su rechazo. Me imagino que, como lobos feroces, están al acecho, pendientes a que salte, a que estalle, quizás, para tener una excusa más legal que la discrepancia ideológica, para que mi despido no resulte improcedente.
Y, sin embargo, agacho la cabeza y trago saliva. (¡Qué horror! ¿En qué me he convertido?)
5 comentarios:
Creo que los extremos nunca han sido nada buenos... Es triste tener que "lidiar" con personas así, pero más importante aún es "salvar el pellejo"...
Como decirte, como contarte... asi decia una cancion de Sabina.
Tantas cosas que decir y no saber por donde empezar. Eso es lo que me pasa en este preciso instante.
A ver... Yo que vivo en una zona en la que respiras aire y politica a partes iguales, puedo decirte ciertas conclusiones a las que he llegado.
La primera y quizas la mas concerniente a tu post es que callarse no es tan mala opcion como parece. Y es que el gilipollismo es algo que esta inmerso en todas las opciones politicas. No falla ni una!!!.
Si alguien dice una burrada tras otra con la unica intencion de exaltarse a si mismo e intentar exaltar sus pensamientos, la mejor opcion es calllarse por que la palabra de uno aunque es cierto que expresa las ideas propias solo sirve para aumentar el gilipollismo nato de aquel que vocifera las mas grandes gilipolleces,y es que ya lo decia mi abuela: donde no hay mata, no hay patata. . Por lo que casi es mejor quedarse pensando ; este no es mas tonto porque no entrena. Y eso sea la opcion que sea.
Yo no se si soy mas rojo, mas azul o mas morao... yo que se!!! Estoy de acuerdo en unas cosas con unos y en otras con otros. Pero el uno que se lleva mi fe incondicional es el Athletic Club de Bilbao. (dios nos salve de la segunda division!!!!)
Desde luego me parece que el imponer un pensamiento en otra persona es un acto dictatoria y de facismo puro, asi que sintiendolo mucho y enc consecuencia con este ultimo pensamiento no puedo estar de acuerdo con una ley de partidos que condena que un partido politico (asqueroso como pocos) no haga una condena de la violencia.
No se puede imponer una conducta a nadie, por muy buena que sea esta conducta. La libertad de pensamiento se supone que consiste en ello.
Por cierto que nadie se tire de los pelos si en un futuro no muy lejano el tribunal de Estrasburgo manda esa ley a freir esparragos.
Asi que desde el mismo momento en que se trata de imponer un pensamiento a una asociacion politica sea del signo que sea, que no se va a intentar con los ciudadanos!!!!
Ahora que si un gran premio de f1 en Valencia, que si un estadio nuevo de futbol en mi ciudad, que si ... pero y que pasa con la vivienda? que pasa con los creditos? que pasa con las ayudas? que pasa con las pensiones?
Nunca entendi la pertenencia a un partido politico asi porque si...
Y lo siento pero me parecio un acto igual de terrorista el actuar en Irak bajo una premisa falsa como la que cualquier hijodeputa pueda ejecutar en nombre de un ideal apoyado por un 10 de la poblacion de ese territorio que se supone que representan.
Asi que puestos a condenar violencia... porque no empezamos por condenar todos los partidos politicos todo tipo de violencia y nos dejamos de hipocresias partidistas?
Hala!!! Que lluevan los palos!!!!
Reparito 2.07
Eso que cuentas, Escapista lo he vivido, es la dura batalla ideológica.
Pero no olvides que en este mundo hay (y no hace falta dar tres vueltas en su busca) mucha dictadura de la bomba y la capucha que confunde rivalidad política con enemigos a aniquilar, además de guerras.
Leí que el miedo se escupe, pero hasta escupir está mal visto si no es privado. Tómalo esto como una ironía, date por afortunada.
Bureno la existencia de dictaduras varias incluida claro esta la de los hijos de puta con patas que pegan tiros con capucha o sin ella, en nombre de la libertad de una supesta patria, qu ni los ha elegido ni los reconoce como sus padalines... como digo, la existencia de esas dictaduras nunca nunca nunca eximira de resultar aberrantes el rsto de dictaduras, imposiciones ideologicas o fundamentos politicos...
reparito 2.07 dixit.
Mi comentario tenía un sentido más amplio, no hago comparaciones.
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